La demanda de programas y cursos en el extranjero ha crecido en España de manera considerable en los últimos cinco años, y lo hará más aún en 2014 y en 2015 a pesar del contexto ecónomico actual, según afirman desde ASEPROCE, la Asociación Española de Promotores de Cursos en el Extranjero.
Padres y educadores consideran que invertir en programas de formación en el extranjero es algo “muy rentable por las ventajas futuras que aporta en la búsqueda de empleo”, tal y como indican desde la Asociación, algo con lo que coindide Juan Pedraz Araujo, Spain Regional Manager de ESL Idiomas en el extranjero. «La gente es cada vez más consciente de que los idiomas son fundamentales para garantizar un buen futuro laboral por lo que invierten en este tipo de programas», indica.
Para los cursos de verano fuera de España es recomendable reservar con al menos dos otres meses de antelación ya que la disponibilidad puede ser muy limitada cuando se acerca la fecha de salida.
La edad para mandar a los hijos a otro país ronda los 12 años. «A partir de los 12 o 13 años los estudiantes están preparados para viajar al extranjero. Si fueran más pequeños se recomienda que realicen un programa de dos o tres semanas en campamentos en España antes de viajar fuera. No hay un tope de edad, de hecho existen programas para mayores de 50 años», explica Almudena González, de ASEPROCE.
En ESL ofrecen cursos para niños a partir de 7 años. «Sí que es cierto que en España cuesta enviar a los más pequeños a un programa internacional, lo más habitual es a partir de los 10, 12 años. Y no hay límite. A partir de los 16 ya son admitidos en las escuelas de adultos por lo que, dependiendo del perfil del estudiante, de su madurez o experiencias en el extranjero, aconsejamos un tipo de programa u otro», indica Juan Pedraz Araujo.
A partir de 4º de la ESO, un año entero
Cuanto más tiempo permanezcan en el extranjero, mejor aprenderán el idioma. «Para verano los programas suelen ser entre dos y cuatro semanas. Sin embargo, el año escolar completo realizando un curso académico es un programa que hacen muchos estudiantes a partir de 4º de la ESO en países como Irlanda o Canadá, mucho más pequeños, y se adaptan perfectamente», apunta Almudena.
«Sabemos que muchos sólo pueden viajar durante sus vacaciones de verano, por lo que la estancia que aconsejamos en estos casos es de tres o cuatro semanas para que dé tiempo a adaptarse al destino y profundizar en el idioma», coincide Juan.
Las opciones son muy variadas, «desde vivir exclusivamente con una familia sin asistir a clase, vivir en casa del profesor, clases en escuelas internacionales, con deporte y ocio, clases y excursiones con monitor español… Incluso para los adultos existen prácticas profesionales, voluntariado, programas aupair…», informan desde ASEPROCE, para quienes no existe una alternativa mejor que otra.
En familias viven más la cultura del país
Mandar a los niños a una familia o a un colegio son «dos conceptos totalmente distintos y dependerá del perfil del estudiante y de la decisión de los padres finalmente», señalan. «Alojarse en casa de familias es la mejor manera de formar parte de la cultura del país. Es importante para este tipo de alojamiento que los estudiantes sean más autonómos y que puedan ir solos a la escuela en transporte público. Por otro lado, el alojamiento en residencia ofrece un ambiente excepcional en el que el estudiante se hospeda en el mismo campus donde tienen lugar las clases por lo que, además de no tener que desplazarse, puede disfrutar de las instalaciones 24 horas», explica Juan Pedraz Araujo.
«El estudiante puede elegir un curso estándar o intensivo, dependiendo del número de clases al que quiera asistir, pero han de tener en cuenta que, al tener incluido el programa de actividades culturales, deportivas y excursiones, si eligiese el intensivo se perdería algunas actividades de la tarde. Por lo que lo más habitual es el curso estándar y así poder disfrutar del programa de actividades, donde tienen oportunidad de convivir con otros estudiantes internacionales y poner en práctica los conocimientos adquiridos durante el curso», informa Pedraz Araujo.
Anque el precio de estos cursos varía dependiendo de muchos parámetros en ESL ofrecen estancias de cuatro semanas a partir de 2.700 euros aproximadamente. «Estaría incluido el curso, el alojamiento, pensión completa, programa de actividades y excursiones, y el traslado al aeropuerto. A eso habría que sumarle el billete de avión y los gastos en destino que ya dependerán mucho de dónde tengan que viajar y de las necesidades de cada niño», señala.
Del total de alumnos que sigue cursos de idiomas en el extranjero, en torno al 83 por ciento lo hace en programas de duración igual o inferior a cuatro semanas, normalmente coincidiendo con la etapa estival, y el resto participa en cursos de duración media, entre ocho y doce semanas, o en programas de más de tres meses a lo largo de todo el año, según indican desde ASEPROCE.