Antes de que comenzara la crisis, los hijos menores decidían más sobre los cursos, los destinos, y las características de los programas para estudiar idiomas en el extranjero. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, los padres han tomado más las riendas y son quienes eligen el destino y las condiciones de los cursos, lo que puede ser un síntoma de mayor responsabilidad y de criterio por su parte y por la de los educadores a la hora de tomar una decisión tan importante como enviar a un hijo a estudiar a otro país, según indican desde ASEPROCE.
«Si el estudiante es joven, los padres suelen solicitar programas con salidas en grupo, tipo campamentos con deporte y ocio, acompañados de monitor y organizados en clases y actividades. Cuando los estudiantes son algo más mayores, a partir de los 15 y 16 años, solicitan otros programas como tutoriales, con un máximo de cuatro alumnos, o estancias en familia», indica Almudena González, de ASEPROCE, que recomienda destinos como Irlanda o Inglaterra si los estudiantes son muy jóvenes.
«Una vez que ya maduran, entonces Usa y Canadá. A pesar de que Australia es un destino muy atractivo, los padres lo ven como ‘un país muy lejano’, por lo que está orientado a adultos, al igual que Sudáfrica», señala.
«Para aprender inglés existen diferentes destinos: Inglaterra, Irlanda, Malta, Estados Unidos, Australia, Canadá, Suiza, Francia y Alemania. Realmente los mejores son aquellos en los que el inglés es la lengua nativa», corrobora Juan Pedraz Araujo, Spain Regional Manager de ESL Idiomas en el extranjero, que apunta que «generalmente, los más demandados son los países más cercanos a España como Inglaterra, Irlanda o Malta que, además, suelen tener buenas conexiones aéreas. Sin embargo, los alumnos que ya han viajado anteriormente por Europa, demandan más Estados Unidos».
Actualmente los países destinatarios preferidos por los españoles son Gran Bretaña, con un 45 por ciento, seguido por Irlanda, con un 23, EE.UU, con un 20, Canadá, con un 5, y Francia y Alemania, con un 2,5.
El idioma más demandado es el inglés, seguido muy de cerca por el alemán. «Tenemos muchos estudiantes que vienen de colegios bilingües y ya dominan el inglés, buscan un segundo idioma y, en este caso, el alemán predomina ante el francés», indica Pedraz Araujo, que apunta que «los cursos más solicitados suelen ser de dos o tres semanas en Inglaterra durante las vacaciones de verano. También hay una gran demanda de cursos en Alemania o Francia».
El perfil de las familias que envían a sus hijos a estudiar idiomas al extranjero es el de una pareja de «profesionales de todos los ámbitos, muy conscientes de la necesidad de aprender idiomas», señala Almudena. «Suele ser de un nivel adquisitivo medio-alto, pero también hay muchas familias con recursos más limitados que renuncian a sus vacaciones para apoyar la formación de sus hijos», indica Juan.