Forman parte del mito popular de la Francia de la postguerra. Gauloises era la marca del cantante y compositor, Serge Gainsbourg, y también, escritores como George Orwell o Julio Cortázar. Era el tabaco de la ‘resistencia’, y formaron parte del avituallamiento del ejército francés hasta mediados de los setenta.
La marca se seguirá vendiendo. De hecho su cuota de mercado en Francia es del 25,3%, pero su fabricación ya no será gala sino polaca.
Según recogen los diarios Le Figaro y Le Parisien, la semana pasada se confirmó que Imperial Tobacco Group, ha decidido externalizar la fabricación de las Gauloises Blondes desde la fábrica de Nantes a Polonia.
Todavía no hay una fecha fijada, pero forma parte de un plan de reestructuración con el que quieren ahorrar, de aquí a 2018, 385 millones de dólares. Afectaría a 366 empleados aunque la empresa defiende que no habrá despidos. Además, se mantendrá la exportación del 60% de la producción a países como Rusia, Turquía , Grecia, Alemania y Argelia, donde también tienen una gran aceptación.
En todo caso, se convierte en el primer anuncio de cierre para el recién estrenado gobierno de Manuel Valls. Es muy simbólico y no sólo por su nombre o su historia reciente. El fabricante de las Gauloises, Seita, fue desde el siglo XVII hasta 1995, una potente empresa pública francesa. Tras su fusión con Tabacalera en 1999 para formar Altadis, fue adquirida en 2007 por la británica, Imperial Tobacco.