Las mujeres representan poco más de la mitad de la población mundial pero su contribución a la actividad económica cuantificada, al crecimiento y al bienestar está muy por debajo de su potencial, lo cual tiene serias consecuencias macroeconómicas. A pesar de los significativos progresos logrados en las últimas décadas, en todo el mundo los mercados de trabajo siguen estando divididos por género y parece haberse estancado el avance hacia la igualdad de género.
La participación femenina en la fuerza laboral (PFFL) se ha mantenido por debajo de la participación masculina; las mujeres realizan la mayor parte de los trabajos no remunerados, y, cuando tienen un empleo remunerado, están sobrerrepresentadas en el sector informal y entre la población pobre.
También se ven ante significativas diferencias salariales frente a sus colegas varones. En muchos países, las distorsiones y la discriminación en el mercado laboral restringen las opciones de las mujeres para conseguir un empleo remunerado, y la representación feme nina en los altos cargos y entre los empresarios sigue siendo baja. Los desafíos relacionados con el crecimiento, la creación de empleo y la inclusión están estrechamente relacionados. Si bien el crecimiento y la estabilidad son necesarios para ofrecer a las mujeres las oportunidades que necesitan, la participación de la mujer en el mercado de trabajo también es parte de la ecuación de crecimiento y estabilidad. Específicamente, en las economías que están envejeciendo con rapidez, una mayor participación femenina en la fuerza laboral puede estimular el crecimiento al reducir el impacto de la reducción de la mano de obra. En las economías en desarrollo, mejorar las oportunidades para las mujeres también puede significar un mayor desarrollo económico, por eje mplo a través de un aumento de la matrícula escolar de las niñas.
Diez razones por las que la desigualdad de género repercute en la Macroeconomía según el FMI:
1.- Es una evidencia que cuando la mujer es capaz de desarrollarse y llegar a formar parte de la cúpula en los mercados, la situación macroeconómica crece.
De los 865 millones de mujeres que tienen la capacidad para ayudar a sus economías, 812 millones viven en paises en desarrollo.
2.- En las economías de rápido envejecimiento, las mujeres pueden impulsar el crecimiento, mitigando el impacto de una fuerza laboral que disminuye.
3.- Mejoras en las oportunidades en el mercado laboral femenino puede ayudar a que el ahorro y al mayor consumo en la educación. Las mujeres invierten más dinero que los hombres en la educación de los hijos.
4.- El acceso equitativo en los ingresos para la mujer y para el hombre beneficiaría en la productividad de las compañías.
5.- El trabajo en igualdad de condiciones favorecería el talento y el potencial de las mujeres en las empresas.
6.- La mujer representa el 40% del trabajo a nivel mundial pero este porcentaje fluctúa en diversos países.
7.- La participación de la mujer en el mundo laboral ha crecido y se ha puesto casi a la altura del hombre.
8.- La diferencia de género es tan significativa hasta en los paises de la OCDE. El trabajo de la mujer se centra en el sector servicios, con el 80% de su personal.
9.- Con el incremento de los ingresos por parte del hombre, la mujer se centra más en el cuidado de los hijos y de la casa en los países menos desarrollados. En los países con altos beneficios, el papel de la mujer se centra más en el trabajo en empresas y se mantendrá con los años.
10.- La diferencia en el nivel educativo también se nota entre el hombre y la mujer. El cambio no es tan significativo en primaria pero sí en secundaria.