La gigante estadounidense OSI se encuentra atrapado en un escándalo de seguridad alimentaria en China. OSI es el proveedor de las más importantes cadenas de comida rápida como McDonalds, Pizza Hut y KFC.
Un programa de televisión destapó toda una serie de irregularidades en el tratamiento de los alimentos que ha provocado el arresto de cinco personas. Grabado con cámara oculta y con periodistas infiltrados, revelaba que se manipulaban etiquetas en la planta de Shanghai para extender las fechas de caducidad de los productos. También mostraba imágenes de empleados que recogían la carne que caía del suelo y la volvían a colocar en las cintas transportadoras.
La compañía está realizando una investigación interna y ha prometido incrementar los controles.
«Lo que pasó en Husi Shanghai es completamente inaceptable y espero que aceptarán mis más sinceras disculpas personales», declaró hace unos días, en rueda de prensa el presidente estadounidense de OSI Group, Sheldon Lavin.
«Somos conscientes de que debe haber consecuencias y aceptamos nuestra responsabilidad sobre los actos cometidos por individuos trabajando para nosotros», agregó Lavin.
Las primeras investigaciones de OSI «revelaron situaciones problemáticas que violan absolutamente nuestras exigencias internas», agregó.
Un “punto negro”, según The New York Times, para uno de los mayores productores de carne de Estados Unidos, con más de 6 millones en ventas y 200.000 empleados.
A pesar del dinero que gasta en seguridad alimentaria, según los especialistas más que sus competidores, OSI no ha escapado a un problema generalizado en China.
La inseguridad alimentaria es un problema frecuente. Un caso similar afectó en 2012 a KFC en Shanghái, acusado de vender carne de pollo con excesivos niveles de antibióticos. También Nestlé se ha visto envuelto en una polémica.
Los expertos citados por el New York Times aseguran que incluso con los protocolos más rigurosos, lo sucedido no se puede evitar. Se entremezclan causas culturales, y también la falta de formación del personal. “Las empresas han crecido rápido pero no así la cualificación del personal”, excusa el diario.
Las autoridades chinas cerraron hace una semana la fábrica Husi Food, de OSI.