Los españoles están entre los europeos más felices, según los indicadores de Eurostat. Con motivo del Día Internacional de la Felicidad se han divulgado datos sobre el grado de satisfacción de los ciudadanos con su vida. El nivel de satisfacción de los españoles está a un nivel similar al de los países nórdicos y centroeuropeos, a pesar de que en estos estados el PIB por habitante es un 30% superior.
El nivel de satisfacción de los españoles con su vida se situó en 2011, últimos datos publicados por Eurostat, en los 7,5 puntos sobre 10, por encima de la media de la Unión Europea (7,1).
Esto posiciona a España como el séptimo país de los Veintiocho en cuanto a su experiencia vital, por detrás de Dinamarca (8,4 puntos), Finlandia (8,1), Suecia (8,0), Luxemburgo (7,8), Holanda (7,7) y Austria (7,7).
Sin embargo, el PIB per cápita de los españoles está por debajo de la media comunitaria, ya que en 2012 se situó en 24.400 unidades PPS (una medida que elimina las diferencias de precios entre Estados) frente a las 25.500 de promedio en los Veintiocho.
Además, es aproximadamente un 30% inferior al de Dinamarca, Finlandia, Suecia, Holanda y Austria, que alcanzaron de media las 31.880 unidades PPS, y está muy lejos del de Luxemburgo, país que encabeza la clasificación europea con un PIB de 67.100 unidades.
Los ciudadanos de otros Estados como Bélgica, Alemania, Irlanda o Francia, que tienen un PIB superior al de España (en torno a los 30.700 unidades), están menos satisfechos con su vida que los españoles, en cotas próximas a los 7,2 puntos.
Estas conclusiones se desprenden de las estadísticas elaboradas por Eurostat, quien para medir con precisión el nivel general de calidad de vida en los Veintiocho no solo tiene en cuenta el indicador tradicional de desarrollo, el PIB, sino ocho indicadores más.
Con motivo del Día Internacional de la Felicidad, que se celebra este jueves, a oficina comunitaria ha lanzado una publicación en la que recoge estos ocho indicadores: renta media, ratio de reparto de los ingresos, desempleo de larga duración, esperanza de vida, abandono escolar temprano, capacidad para afrontar gastos inesperados, tasa de homicidios, brecha de género en salarios, calidad ambiental y nivel de satisfacción con la propia vida.
Pese a la crisis y el paro
La falta de empleo puede reducir a la mitad el índice de felicidad de los españoles. Tres de cada cuatro (79,2 %) se declara feliz en su trabajo, lo que supone 1,2 puntos más que un año antes, un porcentaje que se ha «elevado» por la dificultad que actualmente hay de conseguir un empleo.
Estas son algunas conclusiones de la IV Encuesta Adecco La Felicidad en el Trabajo realizada a más de 3.000 personas en activo (trabajadores y en busca de empleo), con motivo del Día Internacional de la Felicidad, establecido por la ONU desde 2012 para reconocer la relevancia de la felicidad y el bienestar como aspiraciones universales de los seres humanos y la importancia de su inclusión en las políticas de gobierno.
La encuesta refleja que no tener empleo se ha ido consolidando como uno de los mayores focos de infelicidad para las personas.
«Las personas en paro sufren una gran pérdida de autoestima, de muchos momentos de desarrollo, crecimiento y realización personal, además, como es lógico, de la pérdida de ingresos económicos que el desempleo conlleva», se explica desde Adecco.
Así lo reflejan los encuestados desempleados que, preguntados por su índice de felicidad (del 1 al 10), la media se establece en 5,48 puntos, una cifra que se elevaría hasta el 8,13 si consiguiesen un empleo.
Para 9 de cada 10 parados es primordial conseguir un empleo para poder ser feliz en su vida personal.
En cuanto a quienes sí tienen empleo, la mayoría considera que un puesto de mayor responsabilidad y salario no lleva aparejado necesariamente la felicidad, ya que para 8 de cada 10 españoles ésta depende de otros factores.
Por encima de la remuneración, los trabajadores valoran aspectos como disfrutar del trabajo que se realiza (38,8 %) y un buen ambiente laboral (17,5 %), hasta el punto de que el 59,7 % cambiaría una parte del salario por mayores índices de felicidad laboral.
Por edades, los jóvenes (con y sin empleo) creen que la felicidad en el trabajo sí aumenta al obtener un mejor cargo y más sueldo, mientras que, por sexos, son los hombres, en mayor medida que las mujeres, quienes opinan así.
Los hombres dan más importancia a disfrutar del trabajo
Otra de las diferencias que se mantiene por sexo, es que los hombres que trabajan dan más importancia que las mujeres a disfrutar del trabajo, mientras que ellas prefieren la estabilidad laboral.
En su edición de este año, Adecco destaca como una de las premisas «asimilada» por la población (trabajadores y parados) que los trabajadores felices son más productivos.
En este sentido, y dada la baja productividad de la economía española, los expertos achacan al desfase del sistema, el déficit de innovación y al absentismo laboral, algunas de las causas que sitúan a España a la cola de los países europeos.
Otra de las conclusiones del informe es que las personas con estudios superiores que trabajan, en mayor medida, creen que es necesario disfrutar y realizarse personalmente para ser felices en el trabajo, mientras que los que tienen estudios básicos le dan más importancia a tener un buen ambiente laboral.
Por último, por grupos de edad, los encuestados más jóvenes que no trabajan y los que tienen estudios superiores consideran, en mayor proporción, que es necesario disfrutar y realizarse personalmente para ser felices en el trabajo, mientras que los de mayor edad y con estudios básicos le dan más importancia a la estabilidad y a tener trabajo.
Respecto a los horarios españoles el 81,6 % de los encuestados cree que sería más feliz con horarios similares a los europeos y con la posibilidad de teletrabajar.
Por comunidades, en todas ha aumentado el porcentaje de trabajadores que se declaran felices con respecto al año anterior encabezadas por Galicia (con 8,6 puntos más), La Rioja (8,4) y el País Vasco (6), mientras que sólo en cuatro se ha reducido, Murcia (14,8), Baleares (9,4), Cantabria (3,2) y Canarias (1,1).
La mejor esperanza de vida europea, en España
España se sitúa como la mejor de los Veintiocho en cuanto a la esperanza de vida, con una media de 82,5 años, frente a 80,3 años en el conjunto de Europa.
Además tiene una de las tasas más bajas de homicidios, con un ratio de 0,8 por cada 100.000 habitantes entre 2010 y 2012 frente al 1,1 promedio en la Unión; así como una calidad ambiental mejor que la media, ya que la exposición a partículas nocivas PM10 (que sirve para medir esta calidad) es de 23 microgramos por metro cúbico frente a 27 en los Veintiocho.
Por el lado negativo, registra la tasa más alta de abandono escolar temprano, con un 24,9 %, casi el doble que el 12,7 % europeo, así como la mayor desigualdad entre las rentas más altas y las más bajas con una diferencia del 7,2 frente al promedio de 5,1.
También se comporta peor que el conjunto de la UE en lo que respecta a desempleo de larga duración (11,1 % frente a 4,7 % de media), dificultad para abordar gastos inesperados (42,1 % de la población, frente a 40,2 % en Europa), así como en la brecha salarial por género (la diferencia es del 17,8 %, frente a 16,4 % de media).