El Grupo Codorníu Raventós ha anunciado este martes un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para 100 de sus 900 empleados debido a que ha decidido dejar de producir para terceros, lo que supone el cierre de líneas de producción, ha informado en un comunicado.
Un portavoz de la compañía ha explicado a Europa Press que ahora se abre un mes de negociaciones con los representantes de los trabajadores –a los que ha informado este martes– y que está planteando la reestructuración «de forma socialmente responsable».
La bodega ofrece un plan de prejubilaciones y programas de acompañamiento a todos los afectados, ha señalado en el comunicado.
El grupo tenía previsto abandonar la producción para terceros de forma gradual a lo largo de un periodo de cinco años, pero ha acelerado la decisión porque «la sobreoferta en el mercado ejerce gran presión en los precios» y el consumo de vino a nivel mundial está estancado, ha argumentado.
El grupo Codorníu Raventós inició en 2015 un plan estratégico global a cinco años que tiene como objetivo centrarse en el segmento de valor, Premium y Prestige, para potenciar su liderazgo en el mercado.
Uno de los principales ejes estratégicos de dicho plan es abandonar definitivamente las marcas a terceros que se hacen para mercados europeos, «con el consiguiente cierre de líneas de producción, reducción de gastos y de personal en todas las áreas del grupo de forma transversal».
El director general del grupo, Javier Pagés, ha mostrado plena confianza en que este reajuste «apuntale la estrategia de marca-valor de una forma decidida y clara» para sus clientes y trabajadores, con el fin de seguir siendo un grupo líder y sólido en el largo plazo.
«Estamos seguros de que estas medidas nos permitirán obtener la rentabilidad esperada y generar recursos para invertir en el crecimiento de nuestras marcas de mayor valor y potencial», ha agregado.
«Queremos conseguir un grupo con mayor crecimiento, liderazgo y solidez, enfocado al segmento premium-prestige», ha constatado.