La doble cita electoral de2015 está condicionando la actitud de los inversores y el desempeño de los activos financieros en estos primeros dos meses del año. Las cifras frías dicen que el Ibex 35 acumula una subida del alrededor del 8% este año. Un porcentaje significativo y alentador, pero que se sitúa muy lejos de las ganancias de dos dígitos que están registrando otros mercados bursátiles europeos que a estas alturas acumulan ya avances de dos dígitos.
Los expertos están de acuerdo en que las dos grandes citas electorales están impidiendo que las acciones españoles suban igual que otras de la Eurozona y celebren los últimos grandes movimientos del Banco Central Europeo (BCE). Y muy especialmente la puesta en marcha del quantitative easing que inyectará 60.000 millones de euros al mes en los mercados de deuda pública de la región.
“La incertidumbre electoral pesa mucho. Tras la victoria de Syriza en Grecia, el temor a una victoria de Podemos que ya era evidente antes de los comicios helenos se ha disparado”, aseguran en un bróker nacional que sin embargo prefiere ver la botella medio llena. “Las concesiones que ha tenido que realizar Syriza a Europa demuestran que el radio de acción de estos partidos es limitado. Eso ha tranquilizado a los mercados, explica la firma.
La realidad es que, en el caso de España, los inversores posponen decisiones de compra o no están disparando con todas sus balas. ¿Qué temen los inversores? Po r una parte, que una posible victoria de Podemos suponga poner sobre la mesa el elemento más temido por los mercados: la reestructuración de la deuda. El dinero no quiere saber nada de esta posibilidad, aunque el precedente griego ha calmado los ánimos.
Muchas grandes firmas de inversión mundiales recomiendan a sus clientes alejarse de la bolsa y de la deuda española y buscar otros mercados del sur de Europa –como Portugal o Italia- donde el riesgo político es significativamente inferior o nulo. Creen que las elecciones, incluso al margen de su resultado definitivo, traerán picos de incertidumbre más o menos pronunciados a los mercados españoles.
Pero el otro gran foco de preocupación está en el propio Gobierno. Los analistas –especialmente los internacionales- temen que Rajoy y los suyos suelten el pie del acelerador de las reformas estructurales y la ortodoxia impuesta por Europa. Algunas de las medidas de corte social anunciadas en el Debate sobre el Estado de la Nación van en esa dirección.
En este escenario, los índices españoles suben menos que la mayoría de los europeos a la espera de que se vaya despejando la incertidumbre. La ajetreada vida política española y la doble cita electoral no pueden impedir la mejora general del precio de los activos, pero están limitando parte de su potencial de revalorización.