Desde que la quita chipriota impulsara a la divisa virtual ‘bitcoin’ hasta un tipo de cambio superior a los cien dólares, el nombre de esta moneda, indiferente a los poderes estatales y a los bancos centrales, no ha dejado de sonar en los foros económicos de todo el mundo. Sin ir más lejos, los accionistas del fondo de inversiones de Warren Buffett le preguntaban al magnate la semana pasada si la firma había invertido en bitcoins o si pensaba hacerlo en el futuro a lo que el octogenario presidente, opuesto abiertamente atodo lo que suene a nuevas tecnologías, respondió que de ninguna manera. Al margen de esta anécdota, lo cierto es que la Comisión del Mercado de Futuros de Estados Unidos ya ha discutido la posibilidad de regular la divisa, aunque le reste importancia al riesgo que su inestabilidad pueda entrañar para losmercados financieros.
Tras algunas fluctuaciones, la moneda se ha estabilizado porencima de los cien dólares y acumula una revalorización del 600% desde comienzos de 2013. Atrás queda noviembre de 2011, cuando la moneda encriptada se cambiaba por dos dólares americanos y mucho más lejano parece julio de 2010, cuando cada bitcoin apenas servía para obtener cinco centavos de dólar.
A día de hoy el bitcoin emerge con fuerza ante la maltrecha economía europea y hay quien confía en su irrupción mesiánica como alternativa a un euro que parecevaler tanto como el país donde uno lo deposita. Tanto es así que sobre la joven divisa, aún en fase experimental, planea ya la sombra de la burbuja. Quizás la clave sea que el bitcoin nació para ser un complemento de las monedas convencionales y no su competidor. Quizás, como apuntaba el periodista del NewYorker, James Surowiercki, el problema esté en su distanciamiento de la economía real. “Lo mejor para el bitcoin – dice el columnista –es que la gente deje de pensar en él como una inversión y empiece a considerarlo una moneda”.
Los mineros, la nueva casta financiera
El bitcoin nace como moneda en el año 2009 fruto delintelecto de Satoshi Nakamoto, nombre ficticio bajo el que se esconde una identidad desconocida. El bitcoin no es la primera moneda virtual que se conoce, antes aparecieron otras, como el Liberty Dólar, el eGold o elGoldmoney, pero por alguna razón, el ingenio de Nakamoto ha logrado perpetuarse en el tiempo y extenderse fuera de su mundo virtual. “Es imposible predecir el éxito de algo, ¿por qué Facebook y Twitter han triunfado entre otras redes sociales parecidas? Supongo que porque la gente empezó a confiar en ellas y al final, esa confianza se ha extendido entre todos los internautas”, explica JoséMaría Huch, economista y creador del sitio web gurusblog.com.
El bitcoin tiene vocación de sistema monetario alternativo y ha diseñado su propio patrón oro a partir de complejos algoritmos cuya resolución va fabricando unidades monetarias de forma paulatina y decreciente, creando una ilusión de finitud similar a la del propio metal precioso. Desde que Satoshi Nakamoto publicase en 2008 el protocolo del sistema bitcoin y lanzase la moneda un año después, la tasa decreación ha sido más o menos constante, a razón de seis bitcoins por hora, unocada diez minutos, hasta un máximo de 21 millones, que se alcanzarán entre 2030y 2040 – actualmente hay cerca de once millones –. Este protocolo implica quecada año la cantidad de bitcoins que se pueden desencriptar disminuye, con una reduccióndel 50% cada cuatro años, artificio por el cual se crea una apariencia de bien escaso.
En manos de expertos matemáticos
En principio, la moneda posee un código abierto, pero esto no es más que otra ilusión, ya que se trata de un código tan complejo que sólo unos pocos expertos son capaces de resolver gracias a sus potentes ordenadoresen red. Son los llamados mineros, que a base de resolver algoritmos van creando monedas de la nada, como si las liberasen de la roca dentro de una mina. La metáfora es acertada porque a medida que el bien se vuelve más escaso es más difícil obtenerlo, de ahí que tengan que formarse auténticos ‘pools’ de mineros uniendo sus potentes ordenadores. Estos expertos informáticos forman una suerte de casta financiera en el mundo utópico del bitcoin con la facultad de mover la manivela de hacer dinero, si bien su poder de decisión es escaso y tan predecible como pueda serlo la resolución de un complejo algoritmo.
Para explicar el misterio del bitcoin, José María Huch pone el ejemplo de una compañía aérea. “Cada mil kilómetros, la compañía te regala un punto. Uno debe hacer el esfuerzo de viajar para obtener estos puntos. Pero imaginemos que cada vez es más gente la que aspira a los puntos y estos son escasos y muy codiciados. La compañía puede fijar cada punto en 10.000 kilómetros y los viajeros asociarse en pools para obtenerlos con el esfuerzo común. Si a esto sumamos que los puntos se han hecho tan populares que la gente está dispuesta a comprarlos con dinero real, podemos aproximarnos bastante a la realidad del bitcoin y su mercado”.
Un sistema basado en el patrón oro
Los orígenes teóricos del bitcoin podrían encontrarse en la escuela liberal austríaca, junto a autores como Hayek y Von Misses y su crítica al sistema monetario dominante. Para estos autores, los ciclos económicos son consecuencia del intervencionismo monetario ya que, al aumentar el flujo de crédito, se invita de alguna manera a arriesgar con inversiones de escaso interés. Hayek opinaba que los estados no debían tener el monopolio de la emisión de dinero y que la búsqueda de una moneda estable por parte de un país o un grupo de países debía de estar abierta a la libre competencia del mercado.De este modo, las monedas más estables y fiables eliminarían a las menosfiables hasta que una de ellas fuese adoptada de forma consensuada.
Cuando Satoshi Nakamoto lanzó su criatura en el año 2009, dejó claro que su intención era presentar una alternativa a la expansión de los bancos centrales y su intervencionismo. De forma aparentemente explícita, Nakamoto ponía sobre la mesa el debate sobre la libre competencia monetaria y aportaba una nueva opción, una moneda vinculada al universo virtual y a la vez, apegada al concepto de patrón oro. Su característica de finitud, la imposibilidad teórica de, llegado el caso, inyectar más dinero sobre la economía, debería servir para detener la inflación y evitar los ciclos económicos.
“La inflación es un impuesto y en el caso del euro se paga al 2%. Si el bitcoin reduce a cero este impuesto bienvenido sea. No hay ninguna norma que diga que el bitcoin no puede sustituir al euro. Si algún día el Corte Inglés dice que acepta bitcoins, supongo que a mi me dará igual que me paguen el sueldo en bitcoins. Otra cosa es que yo me crea que no se va a inyectar más dinero si la moneda funciona”, explica el profesor del IESE Javier DíazJiménez.
Ante la tesis del patrón oro, típica de la escuela liberal austríaca, economistas keynesianos, como el Premio Nobel Paul Krugman, han advertido que al ser una divisa finita, incentiva el ahorro por encima del consumo y esto la sumiría a la larga en una espiral deflacionaria. “La función de un sistema monetario no es que las personas que tienen dinero se hagan más ricas, sino que la economía, en su conjunto, lo sea. Y esto no está siendo favorecido por el bitcoin”, explicaba en un artículo publicado en su blog del New York Times en septiembre de 2011.
¿Es el bitcoin una alternativa real?
A día de hoy, el bitcoin es una moneda en fase muy embrionaria y su futuro está en manos del mercado. “La coyuntura económica de países como España, Italia o Portugal y los ejemplos de Argentina y Chipre han alimentado su popularidad, pero su uso aún es anecdótico”, explica José María Huch. Para el economista, la clave del éxito reside en que las ‘start ups’ adopten y normalicen esta divisa y que algunas empresas ya consolidadas empiecen a considerarla. “En Sillicon Valley cada vez son más las empresas que tienen en cuenta el bitcoin en sus desarrollos”, explica.
Aunque sus principales transacciones tienen que ver con bienes y servicios que se ofrecen dentro de la red, empresas tan importantes como WordPress, la plataforma para alojar blogs más usada del mundo, admiten el bitcoin como forma de pago. Hace poco se supo que un canadiense ponía en venta su casa por 5.362 bitcoins y aunque hay noticias contradictorias sobre si llegó a venderla o no, en caso de que así fuese habría hecho un negocio de casi 700.000 dólares al cambio de hoy. En España, la inmobiliaria cántabra Altamira21 acepta la divisa como forma de pago e incluso vende algunas fincas exclusivamente en bitcoins, aunque de momento no ha cerrado ningún acuerdo en esta moneda. “Tengo un cliente que quiere comprar mitad en euros y mitad en bitcoins, pero la moneda es tan volátil que resulta difícil llegar a un acuerdo”, explica Enrique Mier, gerente del grupo inmobiliario. Mier, quetambién es ‘minero’, confía en que la moneda se estabilice para que pueda normalizarse en las transacciones pues le ve múltiples ventajas, sobre todo en aspectos relativos a las comisiones.
Es precisamente aquí donde el economista Javier Díaz Jiménez le encuentra un hueco al bitcoin. “Para mí se trata de una innovación financiera más que pone de manifiesto que las monedas actuales son mejorables en las transacciones. Los medios de pago actuales no son satisfactorios y el bitcoin se cuela entre ellos matando al intermediario. Esto supone un gran avance porque además permite que se realicen transacciones muy pequeñas que antes no tendrían sentido sin un contacto personal”, asegura.
Débil ante lasespeculaciones, ya han sufrido un ciberataque
Bares, restaurantes, hoteles y hasta algún fabricante de automóviles se han sumado a la moda bitcoin, aunque todavía falta que alguna compañía rutilante apueste por ella. Sin embargo esta no es la única ni la principal de sus debilidades. Además de la tendencia deflacionaria apuntada por Krugman, el bitcoin es una moneda tremendamente frágil ante los movimientos especulativos.
En junio de 2011, un ciberataque se saldó con el robo de 400.000 bitcoins que fueron puestos en el mercado haciendo caer su cotización de 17,50 a un centavo de dólar en unos pocos minutos. “Es cierto que la moneda está expuesta agrandes oscilaciones cuando se comercia con grandes cantidades de bitcoins, pero también lo es que cada vez es más difícil distorsionar su valor. Hoy, con once millones de bitcoins en el mercado y un tipo de cambio superior a los cien dólares hay una masa circulando por valor de mil millones de dólares. No creo que haya mucha gente en el mundo capaz de influir sobre tal masa monetaria”,afirma José María Huch.
Otro de los problemas de la moneda, tal y como apunta el Banco Central Europeo en su informe de octubre de 2012 sobre monedas virtuales essu posible influencia a la hora de desestabilizar los precios, dada su desconexión con la economía real, además de su inherente falta de estabilidad. El BCE pone también el acento sobre el posible uso de la divisa en actividades decontrabando y tráficos ilegales, remitiéndose a un informe de 2011 del FBI enel que la relaciona con el tráfico de drogas. Lo cierto es que el uso del bitcoin en actividades ilegales tendría poco recorrido, teniendo en cuenta que todas las transacciones quedan registradas y dejan un rastro en Internet, lo que daría a la moneda una gran utilidad contra el fraude fiscal.
¿Cómo se declara enbitcoins?
Precisamente, el fiscal es otro de los grandes problemas actuales de la moneda. El tipo de cambio en dólares fluctúa en exceso y se desconoce cómo se valoría a nivel tributario la venta, por ejemplo de una casa, efectuada en bitcoins. “El código civil no prohíbe vender una casa y obtener a cambio bitcoins, ni siquiera hacerlo a cambio de piedras, pero fiscalmente la cosa cambia. Independientemente del precio pagado, la casa se tasa en un valor y este valor se usará de referencia a la hora de exigir el impuesto”, afirma elprofesor del IESE. A Enrique Mier, que está deseando cerrar la primera venta inmobiliaria de España en bitcoins, le gustaría que el acta notarial registrase el pago en bitcoins, pero desconoce cómo se hará y asegura que tendrá que asesorarse.
Mientras esta y otras dudas se van dilucidando, el valor del bitcoin se estabiliza por encima de los cien dólares. “Este invento demuestra que la tecnología y la innovación pueden cambiar el planeta. Un innovador es capaz de volver el euro irrelevante”, asegura el profesor Díaz Jiménez. Lo prudente, dice, es tener dólares, euros y bitcoins. “Y si no que se lo pregunten a los chipriotas”.