Casi uno de cada cuatro españoles se encontró ‘al borde de la pobreza’ en el año 2010. Son datos publicados este miércoles por la Oficina Europea de Estadística, Eurostat, sobre la pobreza y la exclusión social en la ‘rica’ Europa de los 27.
Habrá que esperar cerca de un año para conocer los resultados del 2011, el año, en que en España la crisis económica se recrudeció y también lo hizo, el paro.
De momento, lo que sí atestiguan las tablas de Eurostat, es que “crisis” son algo más que datos macroeconómicos de PIB ó ‘déficit’.
“Existe un grave riesgo de exclusión social y los más tocados son los niños, por la situación del cabeza de familia, y las personas en edad de trabajo”, asegura Cristina Arigho, portavoz para empleo y asuntos sociales de la Comisión Europea.
En sólo un año, entre 2009 y 2010, la tasa de población en riesgo de pobreza en España aumentó 3.7 puntos. Del 23,4% en 2009, hemos pasado al 25,5%, en 2010.
Un dato alarmante teniendo en cuenta que en sólo un año, hemos retrocedido a un porcentaje cercano al que teníamos en 2004 (26,1%). Más de cinco años perdidos.
En velocidad de ‘degradación’ únicamente Lituania que pasa de un 29,5% a un 33,4% nos ha superado.
En pobreza monetaria, aquellas personas cuyos ingresos son menores al 60 % de la media nacional, España (21%) también es ‘farolillo rojo’. Únicamente, tres países, Letonia, Rumania y Bulgaria nos superan.
En la tasa total de ‘riesgo de pobreza’, España ocupa el octavo puesto, con un 25,5% de la población.
A la cabeza del ‘ranking’ se encuentran Bulgaria (42%), Rumanía (41%) y Letonia (38%). En el otro extremo, el de menos riesgo de pobreza no corresponde a ninguna de las cuatro grandes economías europeas. Los que encabezan la lista de buenos alumnos son Islandia (13,7%), Noruega (14,9%) y Suecia (15%).
Esta tasa total contempla a las personas que estén expuestas a al menos uno de estos tres factores: pobreza monetaria, incapacidad para cubrir alguna necesidad material básica (agua ó alquiler) y poca intensidad de trabajo.
En España, el 20,7 % de los encuestados cumplían el primero de estos criterios de pobreza, el 4,0 % el segundo y el 9,8 % el tercero.
En definitiva, en España había unos 11,6 millones de personas en riesgo de pobreza, del total de 115,4 millones de ciudadanos europeos.
La Comisión Europea está preocupada por las cifras del paro. Según Arighho “si la situación del empleo empeora, la gente se encontrará en una situación más crítica al alejarse cada vez más del mercado laboral”.
El diagnóstico coincide con lo que desde el 2008, al inicio de la crisis, clamaban las ONG’s que cada día atienden a personas que viven en el umbral de la pobreza. Es el caso de Casa Caridad cuyo ámbito de actuación es Valencia.
Según Luis Miralles, vicepresidente de Asuntos Sociales, los usuarios jóvenes, en situación de pobreza arraigada, prolongan su permanencia en todos los servicios, “se trata de hogares en los que todos sus integrantes se encuentran en situación de paro”, asegura.
Además dicen que ha cambiado el perfil de los solicitantes de ayuda. Cada vez, son más españoles (su número se ha triplicado), e incluso el perfil del inmigrante es distinto: si antes los que necesitaban ayuda eran ‘recién llegados’, ahora son personas que llevan muchos años en nuestro país y que han perdido su trabajo.
Precisamente, la Comunidad Valenciana, es uno de los territorios españoles que registran mayor aumento del indicador de pobreza.
Según el último informe de la Red de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social, las Comunidades Autónomas donde aumentó esa tasa, entre 2009 y 2010, fueron la valenciana ( +4,20%), Murcia (3,60) y Cataluña (3,30%). Cifras que contrastan con el nulo crecimiento de esa tasa en Navarra, ó incluso su retroceso en Galicia (-1,30%), Asturias (-1,60%), y la Rioja (-1,60%).
El informe, además de subrayar las diferencias regionales, también recalca la necesidad de llevar a cabo políticas de inclusión social. Una vez más, la prolongación en el paro, es lo que más alarma porque empuja a la pobreza y la exclusión.
Es por ese motivo también, que la Comisión Europea espera que se adopten medidas de “inclusión activa” de los parados en el mundo laboral. Para que no pierdan la conexión con el mercado de trabajo que agrave su situación.