El periodista José María García-Hoz analiza en su blog ‘Cuentas y Cuentos‘ la situación generada tras el informe del Banco de España sobre Bankia. Por su interés periodístico, reproducimos el articulo a continuación:
BANCO DE ESPAÑA VS. BANKIA: ¿LO SABÍA O NO LO SABÍA?
Si, Dios no lo quiera, usted entra en un súper, agarra dos bolsas de patatas, una de naranjas y sale corriendo, cuando le pillen los guardias irá a comisaría, luego al juez y, si no es la primera vez que roba, es probable que acabe en el ‘hotel rejas’.
En la joyería
Cambio de escenario: usted entra en una joyería, elige un pedrusco para un cliente, paga con un talón y se marcha tranquilamente. A las pocas horas resulta que el talón expedido carece de fondos y el cliente de usted se niega a devolver el anillo. El vendedor le demanda ante el juez pero, como primera medida, debe demostrar que usted sabía que el talón no tenía fondos… Y empieza un largo proceso, durante el cual su cliente puede, a su vez, vender el pedrusco de marras; el segundo comprador declarar que él lo compró de buena fe y lo pagó a tocateja; la joyería, desesperada por no conseguir la devolución de lo que es suyo, reclamará al seguro, etc., etc.
Riesgos penales
O sea, que según el ordenamiento jurídico vigente, penalmente resulta menos arriesgado comprar una piedra preciosa y no pagarla que dar un tirón de cinco kilos de patatas y dos de naranjas en un supermercado. Nada que ver con la injusticia inherente al capitalismo, sino que en el caso del super queda clara la voluntad de delinquir (otra cosa son las atenuantes de necesidad extrema, etc.) mientras que en el de la joyería hay que demostrarla.
Según ese criterio, también resulta menos arriesgado vaciar las cajas de un banco mediante errores contables que en un atraco pistola en mano. No son cosas de ‘¡este país!’, sino del Derecho.
Por eso cuando leo el informe del Banco de España sobre los estados contables 2010 y 2011 presentados por Bankia unos meses antes y unas semanas después de que la autoridad financiera la interviniera, mi primera reacción es de tratar de entenderlos, lo que no es fácil.
¿Error o mentira?
Deduzco que para el Banco de España tanto la Bankia presidida por Rodrigo Rato, como la presidida por Goirigolzarri presentaron estados contables erróneos, a sabiendas que eran erróneos: habían extendido el talón a sabiendas de que no había fondos, pues según el farragoso texto burocrático, resultaba imposible que uno y otro no se hubieran dado cuenta de que los riesgos de Bankia, BF, Banco de Valencia eran superiores a los declarados y que las pérdidas, más que latentes, resultaban inminentes.
Lo dice el Banco de España y, como suele decirse, santa palabra. Pero después de años de fijarse en la aleatoriedad de la contabilidad, un servidor ya ha aprendido el balance de un banco es más poliédrico que la realidad material y, por tanto, tiene los mismos colores de las gafas con que se le mira.
En realidad, el caso de Bankia, como el de las demás cajas de ahorro, no es una cuestión de interpretación contable, sino de oportunidad política.
Fuente: lainformacion.com