El éxito del »dragón rojo» Chino tiene más de una cara oculta. Cada cierto tiempo uno de esos »secretos» aflora en la superficie para azotar la conciencia del mundo. Estos días, esa cara oculta la representa Wukan, una población de 13.000 habitantes situado al sur de ese inmenso país que es China.
Es un pueblo de campesinos, determinados a no doblegarse ante las exigencias de las autoridades. Acusan a los responsables locales de expropiar sus tierras sin ofrecer a cambio ninguna compensación.
Cada vez más campesinos en China, se rebelan y señalan a los responsables de »gobiernos locales» de enriquecerse revendiendo tierras que han expropiado para la construcción inmobiliaria.
No es nada nuevo, ni las expropiaciones, ni la corrupción. Según los datos, »no actualizados», ofrecidos en octubre por el ministerio de la Tierra chino, cada año aumentan un 20% las denuncias por irregularidades en las expropiaciones. China, reconoce que cada año se producen unas 100.000 »irregularidades» (leáse corrupción y abuso de poder) en expropiaciones y desalojos y según datos »no oficiales» , cerca de 40 millones de campesinos podrían haber sido víctimas de esas expropiaciones en estos últimos diez años, para »desarrollar zonas industriales ó inmobiliarias».
En Wukan, están decididos a no rendirse. Según ha declarado a la agencia France Press uno de sus habitantes: «Queremos que el gobierno central (de Pekín) se ocupe de nuestro problema. No abandonaremos la lucha, queremos que los jerarcas corruptos sean detenidos».
Como una »Numancia» china, los campesinos dicen que »todavía les queda un poco de agua y comida, pero no por mucho tiempo». Todos los accesos al pueblo se han bloqueado y la presencia de periodistas, por supuesto, no está permitida.
La expropiación obligatoria de viviendas y terrenos es el principal motivo de tensión social y política en el gigante asiático. A pesar de la represión, causa al año decenas de miles de manifestaciones, y no son raros los casos de ciudadanos que se suicidan, quemándose a lo bonzo, en un último acto desesperado de reivindicación.
A principios de este año, el Consejo de Estado de China aprobó una ley que »prohíbe el uso de la violencia en las expropiaciones». Según la nueva legislación, se prohibiría el uso de la violencia y las medidas coercitivas como cortar la electricidad de los inquilinos que resisten o de agua.
Una medida que intenta paliar el descontento perno que no parece aplicarse en la práctica. Para empezar, la nueva ley estipula que se debe aplicar una compensación según el valor real de mercado en el momento de la expropiación. Sin embargo, los habitantes de Wukan, aseguran no haber recibido tales compensaciones.
Nadie sabe a ciencia cierta, cuál será el desenlace del bloqueo de Wukan, lo que parece certero es que al Gobierno chino, pueden quedarle todavía, muchos »Wukan» con los que lidiar, para poder crecer a un ritmo desenfrenado, a acosta de una parte de su población.