Telefónica, BBVA, Repsol, Duro Felguera, Elecnor o CAF… Las empresas cotizadas españolas que se juegan parte de la cuenta de resultados en Venezuela han recibido con la lógica preocupación que la primera andanada de Nicolás Maduro como nuevo presidente electo de Venezuela se haya dirigido a la madre patria.
La absoluta ausencia de diplomacia en las palabras de Maduro–ha advertido al gobierno español de que debe tener cuidado en sus opiniones sobre Venezuela y se ha preguntado de forma amenazante cómo le va a la empresas españolas en el país- era ayer lo más comentado en los cuarteles generales de las compañías afectadas. “Poco se puede decir. Hay que seguir trabajando y esperar que el Gobierno español y nosotros mismos seamos capaces de hacer lo necesario para rebajar el ruido”, señalaban ayer en una de ellas, donde la consigna el es silencio sepulcral. Se trata, sobre todo, de no calentar el ambiente.
Son muchos los que creen que las palabras de Maduro no son más que una bravata populista, pero justo cuando se cumple un año de la expropiación de YPF a Repsol creen que hay que extremar las precauciones. De momento, el presidente venezolano no ha dado un solo detalle de una hipotética hoja de ruta respecto a la política que seguirá con las empresas españolas, lo que alienta las expectativas de que la cosa no pase de un calentón.
Las compañías que tienen activos en Venezuela tienen más razones para estar preocupadas. Es el caso de Repsol, de BBVA –que podría obtener alrededor del 10% de su beneficio neto en este país este año- o Telefónica, que se labra allí más del 5% de su beneficio operativo.
Quienes viven de los contratos, como Duro Felguera, Elecnor o CAF, pueden respirar algo más tranquilos a la espera de que se despeje la incógnita de si Maduro pasará de las palabras a los hechos. La reacción de las cotizaciones en bolsa de los valores afectados fue muy tranquila el martes. De momento, los inversores están por la labor de esperar acontecimientos.