La oferta pública de adquisición de Jazztel (OPV) es el cuento de nunca acabar. Los grandes fondos quieren aprovechar hasta el último segundo la enorme historia de éxito de la operadora. Con Leopoldo Fernández Pujals a la cabeza, los accionistas del grupo ven como la entrega del millonario cheque de 3.400 millones de euros extendido por Orange se retrasa porque la Comisión Europea ha anunciado que abrirá una investigación en profundidad para analizar en detalle los problemas de competencia que suscita la operación.
Buenas noticias para los fondos, que se están moviendo en el capital del grupo como si (investigaciones aparte) todo el pescado de la operación no estuviera ya completamente vendido. No importa que Alken, la gestora díscola que consideraba muy baja la oferta del grupo francés, se haya cansado de la espera y haya vendido hasta la última acción a la vista de que hay grandes oportunidades en el mercado que no permiten esperar si se quieren aprovechar completamente.
En el otro lado de la balanza, Credit Suisse y JP Morgan se están moviendo a toda velocidad en el valor, subiendo y bajando sus participaciones a un ritmo de vértigo. No hay paz ni descanso en torno a la operadora, que con un historial esplendoroso mantiene hiperactivos a los fondos mas especulativos del mercado. Creen que aún le pueden rascar el último céntimo a ese gran pelotazo llamado Jazztel.