Hace poco más de dos años, Cristina no podía sospechar hasta qué punto cambiará su vida la maternidad. Hoy forma parte de los padres-alumnos que atienden al “Campus for Moms”, la escuela de emprendedores que se define como “baby-friendly” porque está preparada para acoger al ‘papá’ o la ‘mamá’ acompañado de su retoño. Mientras sostiene a Valentina, de cinco meses, en brazos, explica su transición desde el mundo de la publicidad, hasta crear una pequeña empresa que despunta por su creatividad. Se trata de Colorín Coloreado, “empezó de forma muy casera, con la ayuda de mi marido, pero gracias al Campus se ha formalizado porque hemos conseguido un socio inversor y tecnológico”, anuncia.
“Personalizamos un cuento, los hacemos más sensoriales o con fotografías, de forma que el niño puede identificarse. Sirven para mejorar su autoestima, valorar las capacidades porque se ve como un héroe. Además permite una identificación de los valores sea más directa, incentiva a la lectura y permite que los padres pasen tiempo de calidad con los niños”.
Su siguiente paso, después de Navidades, es “ampliar plantilla” porque la ambición es que el mundo entero, sea el mercado de Colorín Coloreado. Cristina no quiere desvelar más datos, y su discreción se comprende fácilmente al conocer el origen del salto al emprendimiento.
Todo comenzó con el embarazo de su primer hijo, que ahora tiene 20 meses. “Me despidieron cuando me quedé embarazada. Me habían anunciado un ascenso un jueves, y al enterarse por terceras personas que estaba embarazada de cinco meses, me despidieron un domingo por la mañana”, lamenta.
Para Crisitina, “la conciliación en España es imposible. Es difícil pedir una jornada reducida, o te echan y después no encuentras otro trabajo. Tengo amigas que ni se plantearon ser madres, y las hay que ya piensan en la congelación de óvulos”.
Pero para la emprendedora la vida ha dado muchas vueltas y no lamenta nada, cada paso la ha llevado al siguiente: “La maternidad te abre una visión panorámica acerca de lo que quieres hacer con tu vida, y te dan una fuerza que antes no tenías. La rentabilidad del tiempo es del 100%, y especialmente la claridad con la que ves las cosas”, reflexiona al pensar en todas las lecciones aprendidas desde el despido a la consolidación en ciernes de una empresa que partió de su imaginación.