Según un artículo publicado por el Banco de España, si bien una eventual imposición de aranceles a la importación de automóviles europeos por parte de Estados Unidos afectaría «más que proporcionalmente» a Alemania y a Italia, un Brexit desordenado afectaría más a España.
Este diferente impacto se debe a la dependencia que cada país presenta respecto al exterior. En Alemania, alrededor del 70% del valor añadido de la industria del automóvil se genera internamente, mientras que el 30% restante es de origen foráneo.
En el caso de España, el peso del valor añadido nacional es «sustancialmente menor», en concreto del 48%, frente al 52% que se genera principalmente en Alemania, Francia e Italia, junto con otros países de la Unión Europea.
«En esta situación, cabría esperar que una perturbación a la producción en Alemania y España de una determinada magnitud afectara con mayor intensidad a la economía nacional en el caso alemán y a otros países en el caso español», explica el artículo.
A todo esto se suma que, de cara al futuro, el sector «se enfrenta a retos adiciones» derivados de los cambios en las preferencias de los consumidores, que cambian la propiedad por el vehículo compartido, o de las restricciones medioambientales, que ya estarían afectando a cada país productor en función del peso que tienen los diésel sobre la fabricación total.