La economía real deberá esperar para sentir los efectos, «dos o tres trimestres», según el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi.
Hace meses, el presidente del BCE había explicado que «cada herramienta atacaba un problema concreto», ahora se ha sacado prácticamente toda la »artilleria» que anticipaban las bolsas desde hace semanas:
-Rebaja de los tipos de interés hasta un nuevo mínimo histórico. Es decir, pasan del 0,25% al 0,15%.
-Puesta en negativo, también por primera vez en la historia, de los depósitos de los bancos en la institución (-10%). Se cobrará así a los bancos por guardar su dinero. Una medida enfocada a reactivar el flujo de crédito. Un abismo si retrocedemos a los años precrisis en los que el BCE pagaba más de un 3% por esos depósitos, eran los tiempos en los que se temía la inflación y no, el espectro de la deflación de ahora. 1.960 millones de euros es la cantidad que tiene la banca española »guardada» en la hucha del BCE. En total, las entidades de la zona euro, tenía depositados 27.736 millones de euros.
-Rebaja del 0,75% al 0,40% el tipo de interés marginal. El tipo marginal, es lo que hace pagar el BCE a los bancos que piden prestado dinero en la ventanilla durante 24 horas.
-Fin de la esterilización de las inyecciones de liquidez con las compras de bonos. Significa eliminar la subasta inversa semanal en la que el BCE paga a las entidades un máximo del 0,25% con el objetivo de retirar del mercado una cifra equivalente al comprado en deuda. Son 175.000 millones. Otra forma de estimular el flujo de crédito a la economía real.
-Nuevas inyecciones de liquidez a largo plazo (LTRO) por importe de hasta 400.000 millones de euros y condicionadas al crédito. Son operaciones similares a las realizadas en plena crisis del euro, cuando se llegó a financiar a la banca al 0% por valor de un billón de euros. Sin embargo, ahora se el BCE impone condiciones. Las nuevas subastas de liquidez, tendrán lugar en septiembre y diciembre de 2014 con vencimiento en 2018 y se han pensado para fomentar el préstamo a los hogares y empresas privadas no financieras. Excluye los préstamos a los hogares para la compra de vivienda. «Las entidades que no cumplan ciertas condiciones respecto al volumen de sus préstamos netos a la economía tendrán que devolver el dinero en septiembre de 2016», advirtió el italiano. Permitirá financiar hasta un 7% del conjunto de los préstamos otorgados por la banca.
-Desde marzo de 2015 a junio de 2016, las entidades podrán solicitar trimestralmente, hasta tres veces la cantidad equivalente a su crédito neto al sector privado, excluyendo los préstamos a los hogares para la compra de vivienda.
-Prolonga además, las subastas de liquidez a tipo fijo a medio plazo hasta diciembre de 2016.
-Compra directa de valores respaldados por activos (ABS). Se considerará comprar valores «simples y transparentes» que están respaldados por activos, teniendo en cuenta los cambios deseables en el entorno regulatorio.
En rueda de prensa, Draghi, no ha descartado «nuevas medidas, si fueran necesarias», en el futuro y ha reiterado la «unanimidad» en la toma de decisiones y la «voluntad de mantener una política acomodaticia«. Según el italiano, los tipos de interés se mantendrán bajos, «más tiempo del previsto inicialmente«.
REVISIÓN A LA BAJA DEL CRECIMIENTO
El Vicepresidente de la Comisión Europea, Olli Rehn, ha asistido también al encuentro.El Consejo de Gobernadores ha tomado la decisión en base a las previsiones macroeconómicas. La previsión de crecimiento para 2014 se ha rebajado desde el 1,2% hasta el 1%. Aumenta las del 2015 y 2016: 1,7% y un 1,8%. En base de las medidas adoptadas, se prevé que la inflación repunte progresivamente: 0,7% en 2014; 1,1% en 2015 y 1,4% en 2016.
El italiano ha asegurado además que las decisiones se han tomado por la baja inflación, y no porque se tema la deflación. La deflación es una bajada prolongada y generalizada de precios que, entre otros efectos, provoca que los consumidores retrasen sus compras porque piensan que así conseguirán adquirir los productos a precios más bajos. En sus últimas previsiones, el FMI estimaba que España tenía un riesgo de deflación de 6 sobre 10.
Draghi ha insistido en que el BCE no considera la posibilidad de la deflación y apunta que actualmente lo que atraviesa la eurozona es un periodo de baja inflación. Así, destacó que, no hay señales de que los hogares hayan pospuesto sus compras. Con todo, admitió que cuanto más tiempo tarde en regresar a su objetivo del 2%, más atentos estarán.