Se ha bautizado como «SwissLeaks» porque revela los mecanismos empleados, por la entidad suiza HSBC, para disimular dinero no declarado por clientes extranjeros entre 2005 y 2007.
El caso salpica a decenas de personalidades, como el futbolista Diego Forlán, que de momento no ha querido hacer ninguna declaración. La información proviene de datos extraídos por el informático Hervé Falciani, ex empleado de la filial suiza de HSBC. Aunque algunos ya habían sido filtrados, estos datos sólo habían sido examinados por la justicia y administraciones europeas y estadounidenses. Ahora, el diario Le Monde ha tenido acceso a ellos y a través del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ por sus siglas en inglés) se han coordinado, desde hace meses, a 154 periodistas de 47 países para publicar los datos.
Son los datos bancarios de más de 100.000 clientes, procedentes de 200 países, y desvelan como miles de millones habrían transitado por cuentas de Ginebra, disimuladas, a través de paraísos. Listados que inclluyen los nombres de traficantes de armas; políticos como el actual presidente de Paraguay; empresario, deportistas o estrellas de la pantalla. Algunos lo niegan. El ICIJ, por ejemplo se puso en contacto con el actor John Malkovich, que afirma desconocer esa cuenta suiza. Lo mismo habría dicho la actriz Joan Collins. David Bowie y Tina Turner defendieron que como residentes helvéticos, no habrían cometido ninguna falta.
Un cliente español que no quiere ni dar su nombre
También quedan al descubierto las anotaciones e impresiones de los gestores de la HSBC sobre la clientela. El diario Le Temps, que también participa en la investigación, desvela las impresiones sobre un «cliente español». “Es muy paranoico, y no quiere darme su datos de contacto. Será él, únicamente él que nos contactará”, apuntó en mayúsculas un empleado de la HSBC. También hay un financiero belga que por prudencia, se hace llamar “Zidane”, y codifica con una frase cómo preguntar por su saldo: «¿a cuánto está el caviar?», es la pregunta en clave.
En los listados también figura la profesión de los clientes. La más corrientes es la de “ama de casa”. 7.300 titulares son clasificados bajo esa actividad. Según los periodistas del ICJ, W. Fitzgibbon y M.M. Hamilton, es “la profesión más corriente entre la clientela”. Entre esas personas no siempre se encuentra estrictamente lo que se considera como una mujer que se dedica a “sus labores”. Es el caso de la estadounidense Mary Wells, de 86 años y fundadora de la agencia de publicidad que lanzó el eslogan: “I love NY”. Wells fue la primera mujer al frente de una empresa cotizadaen la bolsa de Nueva York
También aparece la princesa saudí Lolowah Al-Faiçal Al-Saoud, vicepresidenta del Consejo de Administracion de la Universidad de Effat y sobrina del nuevo rey Salman, y hermana del actual canciller de Arabia Saudita y del ex embajador del país para el Reino Unido y los EE.UU.
También aparece el nombre de Hunying Patcharee Wongpaitoon, una financiera tailandesa fallecida hace unos años, y envuelta en un escándalo de manipulación de precios en los años 90. Hasta el punto que fue una fugitiva de la justicia de su país.
Así, el apelativo «ama de casa» se empleapara mujeres que en realidad pueden ser arquitectos, herederas o empresarias. También mujeres casadas ricas, que conocen perfectamente el estado de sus cuentas y los pasos a seguir. Es el caso de Hanne Tox, una viuda danesa que acudió a la HSBC Private Bank en 2005, para «hablar de su cuenta». «Me parecía un poco complicado», asegura en sus anotaciones un empleado del banco, y sigue: «titular de cuenta, vive en Dinamarca, es un acto criminal tener cuentas no declaradas en el extranjero… Cuestión podría resolverse … alternativas como la creación de una empresa off-shore«.
Meses más tarde, Tox visitó a sus banqueros de nuevo, pasó una noche en Suiza y retiró 16.000 dólares.»Después de esta visita la señora H.T. voló de vuelta a casa «, concluyen las anotaciones del banco.