Enfrentamientos como el que vamos a ver en el estadio Juegos Mediterráneo ponen en evidencia las diferencias que hay entre los clubes y sirven para alimentar el debate de una Liga entre dos ricos (Real Madrid y Barcelona) y una clase media, en la que podemos incluir a clubes como el Atlético, Sevilla, Valencia, Villarreal… Pero en la que también hay otros más pobres como es el caso del Almería, el próximo rival del equipo madridista.
El presupuesto del Real Madrid es de 515 millones de euros por los 24 del club almeriense. Les separan una barbaridad de millones, un modelo radicalmente distinto de gestión y les una necesidad: la de competir en la misma Liga. Pero en el fútbol, el dinero no garantiza el triunfo. Pero hay que poner de relieve la desigualdad, en este caso en términos económicos, entre Real Madrid y Almería. El músculo financiero permite tener a jugadores como Cristiano Ronaldo, Gareth Bale, Benzema, Xabi Alonso… Y enfrente estará un Almería que, presumiendo de ser un club saneado, basa su política en la cantera y en conseguir jugadores cedidos que le puedan ayudar a mantenerse en la élite del fútbol.
El trabajo que está haciendo el presidente del Almería, Alfonso García, es digno de destacar. La apuesta del club es la siguiente: «Hay que tener un club saneado porque si se baja de categoría es la mejor base para volver a subir». De esta forma apuesta por un entrenador de la casa como Francisco, que pese a su juventud (35 años), tiene la ilusión y las ideas de un entrenador grande. Sabe lo que quiere, trabaja más de doce horas al día y su filosofía va en consonancia con la línea del club.