El campeón de Oceanía, dirigido por el español Ramón Tribulietx, se adelantó por medio de De Vries pero Rojas igualó para los mexicanos. Al final, el tercer puesto se decidió en una tanda de penaltis donde los neozelandeses se impusieron (4-2) haciendo historia ya que por primera vez consiguieron completar el podio de honor del Mundial de Clubes.