«En esa edición, el torneo verá cómo se cumplen 28 años desde que Nelson Mandela entregase el trofeo de campeón a Francois Pienaar, y creo que Sudáfrica tiene hambre por volver a acoger el mayor acontecimiento del rugby», aseguró en un comunicado Jurie Roux, máximo mandatario de la SARU.
Ahora, la Unión Sudafricana de Rugby deberá recibir la aprobación del Comité Olímpico nacional y del Gobierno del país, lo cual es visto como mera formalidad para el proceso que se abrirá en mayo de cara a elegir la sede mundialista. Su candidatura se enfrentará, al menos, a la de Irlanda que se anunció en diciembre; la decisión final será anunciada en mayo de 2017.