Heinz-Harald Frentzen, ex piloto de F-1 de padre alemán y madre española, nunca pudo ser campeón del mundo. Su mejor puesto lo logró en 1997, cuando quedó segundo por detras de Jacques Villeneuve, su compañero de equipo en Williams.
Ahora tiene 47 años y ha heredado el negocio familiar de su padre. Una funeraria. Ha pasado de conducir monoplazas a sentarse al volante de un coche fúnebre: «Mi hermana Nicole ha tomado las riendas del negocio familiar y le ayudo conduciendo el vehículo negro por la ciudad de Mönchengladbach».
Compitió entre 1994 y 2003, un total de 160 pruebas en Sauber, Williams, Jordan, Prost y Arrows que le sirvieron para hacerse un hueco en la historia de la Fórmula Uno. Ya por entonces recuerda como en ocasiones iba a los circuitos en el coche funebre, transportando el kart en la parte trasera del coche.
Frentzen, quien fue novio de Corina, la actual mujer de Michael Schumacher, cuenta que de joven ya ayudaba a su padre con el negocio familiar y conducía los coches fúnebres. Coincidió con el heptacampeón del mundo en el Mercedes Junior Team antes de dar el salto a la F1.