Unas 250 obras de artistas como Velázquez, Zurbarán, Ribera, Tiépolo, Rubens, Canaletto, Bartolomé Bermejo o El Greco relanzan la nueva exhibición de las colecciones de Renacimiento y Barroco del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), que desde hoy abre sus puertas al público.
La nueva disposición de la colección de Renacimiento y Barroco, que sustituye al «largo pasillo de paredes blancas» que había antes y en el que los visitantes apenas se detenían, según ha explicado hoy el director del museo, Pepe Serra, permite descubrir bajo una nueva luz pinturas, estampas y dibujos, esculturas y artes decorativas, además de un fondo bibliográfico, selección de la colección de 1.400 obras de este periodo que posee el MNAC.
La nueva presentación ha permitido, según Serra, que aumente el número de artistas y obras expuestas, que pasan de 130 a 250, y que crezca el espacio que las acoge, ahora de 1.313 metros cuadrados.
Se abre el recorrido con un espacio «bisagra» en el que se exhiben por primera vez juntas cuatro tablas de Bartolomé Bermejo que procedían del mismo retablo, dos de ellas, «Cristo en el paraíso» y «Ascensión», procedentes de una cesión en comodato por cuatro años del Instituto Amatller de Arte Hispánico.
La nueva presentación de esta colección abarca los siglos XVI, XVII y XVIII y llega hasta inicios del XIX, un periodo de más de 300 años, de los que el MNAC saca a la luz las últimas investigaciones y muestra obras inéditas, un grupo importante de obras recientemente restauradas, nuevos depósitos y desvela algunas nuevas atribuciones.
Entre las obras inéditas destacan un tapiz flamenco de grandes dimensiones, «El triunfo de la fama sobre la muerte» (1540-1550), del taller de Willem Dermoyen, que fue adquirido por la Generalitat del siglo XVI; o «El rey Venceslao IV sentencia a San Juan Nepomuceno», de Paolo de Matteis.
Junto a estas obras se pueden contemplar piezas de grandes maestros, como cuatro «anunciaciones» de El Greco, el Maestro de la Seu d»Urgell, Il Veronese y Alberto Calieri; «La expulsión de los mercaderes del templo» de Tiépolo; «La Virgen y el Niño con Santa Isabel y San Juanito», de Rubens; «La aparición de la Virgen del Pilar» y «Manuel Quijano», de Goya; «Retrato de caballero», de Tintoretto; «Charles-Michel-Ange Challe», de Fragonard; «Antonio Anselmi», de Tiziano; o «Carlos II», de Claudio Coello.
En el espacio dedicado al Siglo de Oro se exhiben, entre otros, «San Pablo» de Velázquez; «Martirio de San Bartolomé», de Ribera; «San Francisco de Asís según la visión del papa Nicolás V», «Inmaculada Concepción» y «Naturaleza muerta de cacharros», de Francisco de Zurbarán, y «Ramon Llull», de Francisco Ribalta,
Asimismo, el nuevo itinerario integra en su discurso, por primera vez, las colecciones del Legado Cambó y la Thyssen-Bornemisza, que, en palabras de Serra, «hasta ahora estaban descontextualizadas y al final del recorrido, y de este modo se pone en valor todo el conjunto, se refuerzan los lazos y el diálogo entre las obras y se favorece la posibilidad de contextualizarlas».
A diferencia de lo que sucede en otras instituciones, la colección de Renacimiento y Barroco del MNAC «no procede de patrimonio real ni ha sido planificada de forma sistemática», sino que se configuró a finales del siglo XIX y principios del XX gracias a la acción de la Junta de Museos y la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona y a las adquisiciones y donaciones de coleccionistas privados.
Por estos orígenes, Serra ha señalado que la colección «no responde al canon marcado por la historiografía clásica ni puede ser sometido a una ordenación tradicional y por eso no es la historia del Renacimiento y el Barroco, sino que es el reflejo de las circunstancias históricas, sociales y culturales de Cataluña y por este motivo es la propia colección la que genera el discurso».