La representante del Ministerio Público ha mantenido su solicitud de condena de doce años de cárcel para un agente de la policía nacional acusado de violar hace un año a una prostituta que ejercía en el polígono Marconi de Villaverde.
En la fase de conclusiones, el fiscal ha solicitado que se condene a Víctor M.G. a doce años de prisión por un delito de agresión sexual y retención ilegal contra la víctima, de origen africano. En su declaración, el procesado sostuvo ayer que pagó los servicios de la meretriz.
«Quizás actué mal y es vergonzoso lo que hice. Reconocer que había estado de putas ese noche. Llevaba cuatro años en el País Vasco y llegar e irme de putas. Para mí era vergonzoso. Encima me dijeron que me habían acusado de una violación. Estoy en la cárcel por algo que no sé. Irse de putas no es algo ilegal. No soy un violador ni un delincuente», ha aseverado el acusado entre lloros.
Por su parte, la abogada del agente, Miriam Vergara, ha reclamado su libre absolución al estimar que hay contradicciones en el relato de la víctima, puesto que a su juicio ha cambiado su versión en varias ocasiones durante la instrucción. Además, ha vinculado la acusación a su terror de ser expulsada de España al no tener papeles.
En su declaración, el procesado aseguró ayer en su declaración que pagó los servicios de la meretriz, negando que la forzara en contra de su voluntad.
Por su parte, la víctima contó al tribunal tras un biombo que se encontraba ejerciendo la prostitución en Villaverde cuando apareció un vehículo cuyo conductor se identificó como policía y le pidió su documentación. Tras advertirla que su pasaporte estaba mal, la puso unas bridas en los brazos y la introdujo en el vehículo.
Una vez en el coche, el acusado se cruzó con unos policías municipales, a quienes se identificó como policía para justificar que la chica estaba retenida en el interior. Tras ello, la llevó de nuevo al polígono y la violó.
Según el fiscal, el procesado se dirigió en su vehículo particular a una zona de Madrid donde se ejerce la prostitución. Una vez allí, y con la intención de procurarse satisfacción sexual, se dirigió hacia la víctima.
En ese momento apareció una dotación de la Policía Municipal que se hallaba de servicio por la zona. El procesado se acercó a los agentes y sacando la documentación que le acreditaba como policía, les indicó que llevaba a cabo la investigación del secuestro del hijo de un comisario.
También les dijo que la joven tenía información al respecto. Los agentes solicitaron a Nancy la documentación y tras proceder a su identificación, Víctor M.G. se quedó con los papeles de la joven, en situación irregular en España.
Ante esta situación, aseguró a sus compañeros que debía llevársela a comisaría. Sacó unas bridas, inmovilizó a la chica atándole los brazos por la espalda, la condujo a su coche y se marchó del lugar rechazando el ofrecimiento de la patrulla municipal de conducirla a dependencias policiales en el coche oficial.
Durante el trayecto, el procesado le dijo a la víctima: «Si eres buena conmigo, yo lo seré contigo», y regresó al polígono donde la había recogido para aparcar en un lugar apartado y oscuro. Sacó del maletero del coche un cuchillo y cortó con él las bridas que retenían a Nancy para, a continuación, pedirle que se quitara la ropa.
Tras consumar con ella sus deseos sexuales, la joven aprovechó un descuido del acusado para escapar completamente desnuda del coche y pedir auxilio a un taxista. El procesado se encuentra privado de libertad desde el día siguiente de los hechos, el 10 de febrero de 2011.