El Ayuntamiento de Madrid sustituirá algunas de las plazas azules del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) por plazas verdes, reservadas para residentes, con el objetivo de continuar luchando contra la contaminación atmosférica, aunque rechaza establecer un peaje de entrada a la capital con el que ya cuentan algunas ciudades europeas como Londres.
Así lo han puesto de manifiesto este jueves la alcaldesa, Ana Botella, y el delegado de Medio Ambiente, Movilidad y Seguridad, Antonio de Guindos, durante la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno.
Preguntado por las propuestas planteadas por Ecologistas en Acción en su informe de la Calidad del Aire en Madrid 2011, presentado ayer, De Guindos ha asegurado que todas sus iniciativas, «excepto dos, están en gran parte recogidas en el Plan de Calidad del Aire» que el Consistorio presentó el pasado mes de diciembre.
En concreto, las dos propuestas no incluidas son, por una parte, la supresión que pide Ecologistas de todas las plazas azules de aparcamiento en la capital y, por otra, el establecimiento de un peaje de entrada.
Así, el delegado ha explicado que suprimir todas las plazas azules «tendría mucho coste para los madrileños», ya que las plazas verdes cuestan prácticamente el doble.
En su lugar, el Consistorio sí está estudiando «ampliar las zonas de residentes transformando algunas plazas azules, pero no al cien por ciento», si bien el responsable de Medio Ambiente no ha precisado ni cuántos estacionamientos se modificarán ni dónde estarán.
«Lo consensuaremos distrito por distrito, aún estamos viendo cuáles se podrían transformar», ha explicado, recordando a renglón seguido que a lo largo de este ejercicio también se incrementará un 10 por ciento el coste del SER en la Zona de Bajas Emisiones (que coincide prácticamente con la almendra central) y se aumentará una hora el tiempo de servicio.
Sin embargo, tanto De Guindos como Botella han rechazado de plano poner un peaje de acceso a la capital. «Madrid no va a establecer un peaje. Creemos sinceramente que ese millón de personas que entran en Madrid todos los días son fundamentales en la creación de riqueza», ha justificado la alcaldesa.
«(Esos ciudadanos), además de venir a trabajar, consumen, gastan, viven, hacen turismo, visitan museos, llenan restaurantes, compran en nuestros comercios… Y (el peaje) va en contra de ese espíritu abierto característico de Madrid», ha añadido.
EL PLAN ES SUFICIENTE
Así, la primera edil ha recordado que el Plan de Calidad del Aire 2012-2015 incluye otras muchas medidas para luchar contra la contaminación en la capital y ha defendido que, según un informe de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), dichas propuestas permitirán a la capital «llegar a 2015 cumpliendo los objetivos exigentes de la UE».
Ante sí tienen el reto de reducir el dióxido de nitrógeno (NO2) de los 45 microgramos por metro cúbico actuales al máximo permitido, cifrado en 40 microgramos, además de conseguir que ninguna de las 24 estaciones medidoras de la capital supere más de 18 veces al año el límite horario de 200 microgramos.
En este sentido, De Guindos ha subrayado que en 2011 «algunos componentes han seguido la tónica de descenso» si bien ha reconocido que, tras la aplicación de las medidas contenidas en la Estrategia de Calidad del Aire durante la última legislatura, ese proceso de reducción se ha «estabilizado con un ligero repunte».
En cualquier caso, el responsable municipal ha valorado que el año pasado hubo tres estaciones medidoras menos que superaron el límite anual con respecto al ejercicio anterior, si bien ha reconocido que las superaciones horarias han aumentado.
De Guindos también ha puesto en valor la «mejora» experimentada en los datos de partículas en suspensión y en ozono troposférico (O3), y ha asegurado que «el nuevo plan producirá un impulso importante» en la continuación por esta senda.
LA CULPA ES DEL ANTICICLÓN
Por otra parte, De Guindos también ha aprovechado la ocasión para defender que en los altos datos de contaminación también influye la meteorología, señalando que «hay que remontarse más de 50 años atrás para encontrar cifras (de estabilidad atmosférica) parecidas» a las del pasado mes de diciembre y este principio de año.
En cualquier caso, ha asegurado que Madrid no se ha acercado a los umbrales de alerta o prealerta por contaminación pese al anticiclón y la falta de lluvias de los últimos meses, y ha avanzado que para la semana próxima ya hay «previsto un cambio de situación» que podría limpiar la atmósfera de la capital.
La alcaldesa, por su parte, también ha incidido en este argumento. «No recordamos en la historia un mes de diciembre y de enero tan secos como los que hemos tenido», ha dicho, recordando que, aunque en los medios siempre salga la »boina» de Madrid cuando se dan estas circunstancias, otras ciudades «como Barcelona tienen en muchas ocasiones niveles muchísimo peores».
Por último, la primera edil ha subrayado que su intención es construir una ciudad «con menos coches, con cada vez más zonas peatonales, más verde» y con «más espacio para el peatón».