Lo llaman el ‘material de dios’ y ahora, en una de sus múltiples utilidades, el grafeno creado en una empresa española servirá para limpiar contaminación nuclear, concretamente la de Fukushima en Japón. Una compañía de Yecla (Murcia) ha sido la elegida y la requerida por las autoridades japonesas para que se encargue de abastecer de grafeno y realizar la limpieza de aguas radiactivas que permanece estancada en los depósitos de la central nuclear. Hace ahora cuatro años, el 11 de marzo de 2011, un tsunami provocaba un desastre nuclear en el país nipón. La central de Fukushima sufrió un incendio y desencadenó una de las catástrofes más graves de la historia al producirse la triple fusión del nucleo y la destrucción de las instalaciones. Cuatro años después la central y la zona aún acumula mucha radioactividad, principalmente en el agua que los servicios de emergencia utilizaron para apagar el reactor nuclear.
Y ahí es donde entra en acción Graphenano, la empresa española de los hermanos Martínez Rovira. Sabían que el grafeno estaba llamado a ser el material del futuro por las múltiples utilidades que le estaban encontrando y comenzaron a interesarse a principios de 2010 por él cuando leyeron que se proponía para el Nobel de Física a los descubridores de este material, los rusos Andréy Gueim y Konstantín Novosiólov.
Martín Martínez recuerda que, tras hablar con científicos de todo el mundo, acabaron en Ciudad Real, donde el catedrático de Ingeniería Química José Luis Valverde se interesó por esta sustancia cuya ligereza era parecida a la de la fibra de carbono pero más flexible, con mejor conductividad que el cobre, una alta elasticidad y dureza y que parecía ser el material hasta entonces más resistente y que soportaba la radiación ionizante y consumía menos electricidad que el silicio. «Nadie se atrevía porque entonces, cuando todavía no les habían dado el premio Nobel, era todo muy teórico y no se conocía nada y algunos ni lo habían oído nombrar», explicaba hace unos meses el presidente de Graphenano,
El contacto con Japón se inició en el XIV Congreso de Nanotecnología que tuvo lugar en el país nipón. La empresa española se ganó el proyecto gracias a su óxido de grafeno, el material que más isótopos radioactivos puede atraer y ‘cazar’. El óxido de alta superficie logra mucha más radioactividad a lo que suele ser la producción habitual de grafeno -de unos miligramos al día-. Martín considera que son “pioneros a nivel mundial en la aplicación del grafeno para limpiar aguas radiactivas”
En Fukushima, la compañía que lleva a cabo todas las operaciones (TEPCO) cuenta con muchos proyectos para limpiar toda la zona, pero ahora mismo el más importante y en el que ya han empezado a trabajar es el limpiar las aguas radioactivas con el óxido de grafeno de Yecla.
Los expertos han descubierto que el grafeno actúa como acumulador de la radiactividad. El proceso consiste en lanzar el grafeno a las aguas contaminadas y posteriormente retirarlo una vez que se ha impregnado de la radiactividad. El óxido de grafeno recoge todas las partículas radioactivas. En Fukushima hay mucho Cesio 137 debido a la explosión del núcleo de la central y es radioactivo durante 150 años. “Están desesperados, porque la empresa eléctrica propietaria de la central nuclear no sabía como limpiar la zona”, aseguraba el presidente de Graphenano al periódico de Yecla, y destacaba que “el grafeno es 60 veces más eficaz que otros procedimientos que se puedan utilizar para este trabajo”.
Los primeros esfuerzos de limpieza se van a realizar en las aguas confinadas que son las más peligrosas porque se utilizaron para refrigerar el reactor. Luego se hará en zonas localizadas de gran contaminación en espacios abiertos.
El óxido de grafeno tiene propiedades biodegradables y por eso es el material elegido. Tras la aplicación del mismo y la captación de los isótopos radioactivos, el producto resultante se trasladará a un cementerio nuclear donde se almacenará y posteriormente será incinerado. La cenizas también quedarán almacenadas. Las propiedades descubiertas y la aplicación en Fukushima convierten al óxido de grafeno en una herramienta de seguridad contra posibles fugas radioactivas en centrales nucleares, según pronostica Martínez: “A partir de ahora y en el momento en el que la TECPO demuestre lo que ya sabemos; todas las administraciones mundiales que tengan centrales nucleares deberían contar con óxido de grafeno en sus instalaciones como medida de seguridad contra casos de fuga”.
Las propiedades de limpieza radiactiva del óxido de grafeno se conocen desde 2013, cuando, una investigación publicada entre la Universidad Estatal Lomonosov de Moscú y la Universidad Rice en Houston, arrojaba unos resultados que desvelaban una mayor efectividad del óxido de grafeno con respecto a otros materiales, que ya están siendo utilizados para retirar sustancias radiactivas del agua.
Una cantidad sin determinar
En este sentido, el grafeno que producen en esta empresa tiene, según su responsable, la ventaja que la superficie de contacto con el material radiactivo es mayor, por lo que «se necesitará menos cantidad que de otros proveedores, pero todavía es incalculable lo que van a precisar para concluir la limpieza».
La gran cantidad de grafeno necesaria para este trabajo ha abierto las puertas a Grafenano, capaz de conseguir 35 kilos del material al día, algo que no ha conseguido aún la competencia internacional. «En tres o cuatro meses empezaremos a abastecer con esa cantidad, aunque vamos a intentar superar esa cifra», relata Martínez. Los trabajos de limpieza, así como los que ya ha contratado para servir de grafeno a otras firmas, le aseguran un volumen de pedidos que garantizan la viabilidad de la firma.