El mes de diciembre, el último del año, estará lleno de bellos fenómenos que iluminarán el cielo. Planetas, constelaciones e incluso lluvias de estrellas brillarán durante los próximos 30 días y también en el inicio del 2015.
El astrónomo del Observatorio Astronómico Nacional (ING-OAN), Mario Tafalla, explica a Teinteresa.es que el invierno astronómico llega el 22 de diciembre a las 00.03 horas al hemisferio norte, y el verano al hemisferio sur.
Ese día además será el más corto del año con apenas 9 horas y 17 minutos de horas de luz en Madrid (representativo del resto de la península) y casi 15 horas nocturnas.
Este invierno boreal durará 88 días y 23 horas, y terminará el 20 de marzo de 2015, fecha en la que se producirá un eclipse de Sol que será visible desde España como un eclipse parcial, más visible cuanto más al norte se presencie.
Se dejan ver Marte, Venus, Júpiter y Saturno
“Aunque no serán vistas espectaculares, los más aficionados podrán disfrutar cuatro planetas, más visibles a medida que pasen los días”, señala Tafalla. Estos planetas son Marte, Venus, Júpiter y Saturno.
Marte, que se situará cerca de la constelación de Capricornio, podrá ser visto desde la puesta de sol (siempre es mejor observarlo a partir de que la gran estrella esté casi oculta) por el oeste durante las primeras horas de noche.
Venus, estará próximo al sol durante diciembre lo que dificultará su visión, pero será visible “durante unos minutos justo al anochecer”, destaca el experto.
Saturno, al oeste en Libra, se podrá ver unas dos horas antes de que salga el sol y mientras amanece, aunque a medida que el cielo se ilumine, será más complicado.
Por último, Júpiter será observable unas tres horas después de las puestas de sol, brillando toda la noche, hasta el amanecer. A mediados de mes se verá muy cercana a la Luna, hacia el este y muy brillante.
Las Gemínidas sorprenderán a los amantes de las lluvias de estrellas
Tafalla asegura que diciembre se despedirá con una de las lluvias de meteoros más importante del año: las Gemínidas, hecho que tendrá lugar nada más oscurecer la noche del 13 al 14 de diciembre, día de máxima actividad de esta importante lluvia, aunque dicha lluvia está activa desde el día 7 al 17 de diciembre.
Además, si el tiempo lo permite, se verán muy bien porque la Luna estará en fase de cuarto menguante y no saldrá hasta pasada la medianoche, lo que no robará protagonismo a las populares estrellas fugaces.
Normalmente, la lluvia arroja un número estimado de 120 meteoros por hora, lo que la convierte en la segunda más importante del año tras las Cuadrántidas, salvo sorpresa de alguna que otra lluvia, como las Leónidas o las Perseidas, resalta Tafalla.
El astrónomo apunta que la procedencia de estos meteoros es curiosa porque no vienen de los restos de un cometa formado en parte por hielo que desprende restos de su cola al acercarse al sol sino que pertenecen al asteroide ‘Faetón’, compuesto de roca.
Los expertos creen que en otra época pudo ser un cometa pero que poco a poco se ha desgastado. Tafalla, que asegura que es un objeto interesante de analizar, piensa que podría ser “algo entre medias que contenga tanto roca como hielo”.
Es posible que el desgaste provoque que dentro de miles de años esta lluvia de Gemínidas desaparezca si no va dejando restos cada vez que pasa por la órbita, “pero para esto queda mucho estudio para poder confirmarlo”.
El astrónomo de la OAN recomienda salir al campo, lejos de las ciudades y de su contaminación lumínica, a disfrutar de las bonitas estrellas fugaces como colofón del año, para pedirles un deseo.
Es importante ir muy abrigados ya que en diciembre las noches pueden bajar los mercurios por debajo de los cero grados, y mirar al cielo. En principio los meteoros impactan en la constelación de Géminis (de ahí su nombre) pero pueden hacerlo desde cualquier parte del espacio celeste.
No son necesarios ni telescopio ni prismáticos. Nuestros ojos serán la mejor arma para disfrutar este bello espectáculo que cerrará el año de las más de 140 lluvias de estrellas anuales.
Orión y Taurus, las constelaciones típicas de invierno
La historia antigua cuenta que el cazador Orión mataba a todo animal que se encontraba a su paso hasta que el veneno de un escorpión frenó su destrucción. A su muerte, imploró establecerse en una constelación cerca de sus perros (conocido como Sirio) y cerca de un toro (Tauros).
El último mes del año es el mejor para observar una de las constelaciones más espectaculares y claras del cielo: Orión y su cinturón. Es conocida en todos los rincones del planeta por su luminosidad, ya que se ve tanto en el hemisferio norte como en el sur, des cualquier ciudad, a pesar de la contaminación.
A medida que avance diciembre, esta constelación, que sale por el este, será más visible y bonita de ver.