Según datos del Instituto Catalán de la Energía (Icaen), el cambio horario en verano ha supuesto un ahorro de 27 millones de euros en toda Catalunya, a razón de entre nueve y 10 euros por hogar, debido al aprovechamiento de la luz natural, lo que redunda en un menor consumo energético.
La iluminación supone un 7% del conjunto del consumo energético de los hogares, y atrasar el reloj en invierno permite aprovechar la luz natural a primera hora de la mañana sin necesidad de utilizar la artificial.