El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha entrado de lleno en la campaña electoral. A seis días de la celebración de las elecciones locales del 24 de mayo, de Guindos ha sacado el arsenal y han lanzado a los ciudadanos un mensaje claro y conciso que se traduce en que o los ciudadanos apuestan por la estabilidad política o la incipiente recuperación económica de España puede estar en peligro.
Dicho de otra forma, es algo así como “con el Gobierno o contra la reactivación económica”. De Guindos ha pedido a los ciudadanos que sean «sensatos y maduros» a la hora de votar y ha advertido en una clara alusión al crecimiento de los nuevos partidos políticos que «si se revierten las reformas no tenga la más mínima duda de que las dificultades volverán, es así de simple”.
El ministro de Economía ha sacado toda la artillería para hacer daño al rival con las armas más visibles del Gobierno: la mejora sustancial de las grandes cifras macro. De Guindos ha asegurado que la economía española está creciendo ya a una tasa interanual del 3,5% en el segundo trimestre del año, muy por encima del objetivo de crecimiento para 2015 del 2,9% fijado por el propio Gobierno.
Además, en una nueva demostración de fuerza, ha anunciado que España devolverá de forma anticipada (en julio) el tercer pago del rescate del sector financiero. De Guindos ha querido dejar otra prueba de que el país cumple con todas sus obligaciones en contraposición a la delicadísima situación de hace tres años, cuando el país estaba a un paso de la intervención.
Discurso triunfalista
A un paso ya del primer gran test electoral del año, De Guindos ha lanzado un mensaje ciertamente triunfalista que encaja mucho más con la sustancial mejora de las cifras macroeconómicas del país que con la percepción de los ciudadanos de que la recuperación ha llegado a las familias.
Aunque el país va a encabezar el crecimiento económico en la Eurozona en 2015 –el PIB español ha avanzado un 0,9% en el primer trimestre del año, muy por encima de Alemania y Francia-, la recuperación no se traduce todavía en una mejora sustancial del empleo. La tasa de paro se sitúa en el 23,78% y aunque ha bajado el paro –entre enero y marzo hay 13.100 desocupados menos- se han destruido 114.300 puestos de trabajo en el primer trimestre.
Aunque se trata del mejor arranque del año desde que empezó la crisis, el mercado laboral se ha enfriado, en una demostración que el proceso de recuperación del empleo será largo y duro. Este lunes, el Centro de Predicción Económica (Ceprede) ha señalado que la tasa de paro estará por encima del 21% en 2016 y que habrá que esperar hasta el año 2021 para que se reduzca por debajo del 20%.
En otro apartado clave como el de la deuda pública, también hay luces y sombras. Aunque España se está financiando a tipos históricamente bajos –incluso negativos en los plazos más cortos- el nivel de apalancamiento de la economía sigue siendo insostenible. Al cierre del primer trimestre marcó un nuevo récord en los 1,047 billones de euros y ya supone casi el 99% del PIB.