Se fundamenta en la utilización de corticoides. A este respecto no existe ninguna pauta unánimemente aceptada, pero se considera que se debe administrar una dosis diaria de 10 mg de prednisona o equivalente (5 mg/12 h).
Posteriormente, la dosis de corticoides se reduce gradualmente, aunque la mayor parte de los pacientes requieren tratamiento durante una media de dos años.
Una alternativa a los corticoides orales es el tratamiento intramuscular con 120 mg de metil-prednisolona depot cada tres semanas.
La mayoría de los pacientes tiene una evolución favorable con la terapia convencional. Aunque durante el seguimiento pueden desarrollar una ACG o una AR, esto es poco frecuente. La incidencia de recidivas de la enfermedad varía del 20 al 70%.
En aquellos pacientes con recidivas, o en los que presentan un síndrome clínico típico con una respuesta parcial al tratamiento esteroideo, debe investigarse la presencia de una arteritis subyacente y realizar una biopsia de AT.
Esta informacion esta obtenida de la web de la Sociedad Española de Reumatología