La cetosis grave, como por ejemplo la diabética, puede llegar a producir la muerte. Pero en condiciones fisiológicas (fuera de trastornos de ventilación pulmonar, cardiacos, insuficiencia renal o de cetosis diabética), el alimento no tiene un efecto destacable en el pH de la sangre.
El pH está muy bien regulado a un nivel respiratorio y renal y las desviaciones del pH son corregidas por los sistemas de reglacion de manera adecuada. No obstante, el tipo de alimentación sí puede influir en el pH de la orina.
Una dieta cetogénica prolongada obliga a un mayor trabajo hepático y renal, no obstante los esquimales han vivido tradicionalmente sin problemas y con buena salud con una dieta prácticamente exenta de hidratos de carbono.