A pesar de que el tiempo nos está regalando estos días temperaturas diurnas más que agradables, durante la noche los termómetros caen entre 15 y 20 grados. Esta amplitud térmica es una brecha muy alta entre másximas y mínimas, algo muy normal en primavera e invierno, tal y como destaca el director de Sirimiri Meteo Consult, Eduardo Román.
Esta diferencia se reducirá algunos grados la próxima semana por lo que ya no hará tanto frío en las horas nocturnas.
La amplitud térmica define la diferencia de temperaturas entre las máximas y las mínimas en un mismo punto. Cuando los cielos están despejados en invierno, durante el día permite que la superficie se caliente por el calor del sol mientras que por la noche la ausencia de nubes permite que el aire caliente se escape y caigan los termómetros de forma drástica.
Este fenómeno provoca que en un mismo día haya diferencias de hasta 15 o 20 grados entre los valores diurnos y los nocturnos, que es lo que ocurrirá en los próximos días. Por ejemplo en Madrid, la máxima del sábado será de 17 grados mientras que la mínima bajará hasta los dos.
Las variaciones de temperatura también dependen de factores como la altitud, la cercanía al mar o de donde provenga el aire.
Román destaca que la diferencia de altitud entre las zonas de costa y del interior es fundamental. Madrid, Castilla y León o Aragón están más altas que Murcia, Andalucía o Cantabria por lo que al estar “más alto, las temperaturas son menores”.
El mar es otro factor importante que afecta a los mercurios en España. Las brisas de las costas ayudan a regular los valores sin permitir normalmente que lleguen a valores extremos. En cambio, en el interior el clima es más seco y los termómetros bajan mucho.
Otro gran componente que afecta a las temperaturas reside en el origen del viento. “Si el aire es del norte bajará los mercurios mientras que si el viento es del sur los termómetros tenderán a subir a valores más suaves en invierno, y a valores más extremos en verano”.
¿Qué es la inversión térmica?
Otro término de moda que hemos escuchado estos días es el de la inversión térmica. Este fenómeno consiste en que se invierte el proceso habitual, es decir, hace más frío más cerca del suelo que en cotas altas, a diferencia de lo normal.
Es cuando las temperaturas más bajas se registran en las zonas de valles y depresiones, y los valores son más altos en zonas de montaña.
Esto ocurre porque el aire frío pesa más que el caliente. Durante la noche, el aire caliente concentrado en la superficie por el sol se eleva hacia la atmósfera mientras que el aire frío se hunde hacia las zonas más bajas. El experto en meteorología recuerda que esto pasa a menudo en los Pirineos.
La inversión térmica además es precisamente la que produce la niebla, unas nieblas que pueden llegar a ser muy intensas a primeras horas de la mañana y últimas de la tarde.