La ejecutiva federal del PSOE, que se reunió ayer de forma extraordinaria, aprobó “en cinco minutos” el calendario de las primarias de la federación andaluza, que se celebrarán el próximo día 29 de julio. No hubo pegas ni comentarios según señaló también Óscar López en la rueda de prensa: nadie de la ejecutiva federal (y eso que son cuarenta), criticó ni lo improvisado del proceso, ni la distancia hasta las nuevas elecciones autonómicas, que se celebrarán dentro de tres años. Prietas las filas.
Luego vino el desparrame. Óscar López no podía resistirse a ser Óscar López: «La ejecutiva federal no tiene ni tendrá ningún candidato». Y para confirmarlo: «a día de hoy ya hay tres posibles candidaturas, o dos y media»: la media era la de Susana Díaz, la candidata de Griñán, que aún no ha presentado su candidatura; el Consejero de Agricultura de la Junta Luis Planas; y la del alcalde de Jun (Granada), José Antonio Rodríguez Salas. Como se lo veía venir, ayer por la mañana José Antonio Griñán hizo un discurso de apoyo a su consejera de la Presidencia: «persona competente, no es sectaria en el sentido institucional de la palabra» y ha apuntado que ha resuelto problemas con IULV-CA con una «suavidad encomiable». Menos mal que no es sectaria en el sentido institucional.
Pero lo malo de la Ejecutiva del PSOE no fueron las primarias andaluzas. López no tuvo más remedio que admitir que Griñán había vuelto a repetir en la reunión su argumento sobre dar paso a «savia nueva» y promover el «relevo generacional». Y como Óscar López es Óscar López, aclaró que eso no era una invitación a Rubalcaba para que se retirara. ¡Que tiempos vive el PSOE! Pero frente a Rubalcaba, Griñán ya tiene su estrategia trazada. Él no va a ser el único que se vaya.