En declaraciones a Europa Press, el responsable de Comercio en la CIG, Roberto Pérez Vila, ha explicado que la protesta viene motivada por unas condiciones laborales que llevan tiempo denunciando y asegura que la respuesta del grupo textil a sus demandas fue «endurecer las condiciones laborales y aumentar la precariedad laboral».
Denuncian que los trabajadores tienen que soportar «peores salarios» y se ven sometidos a «horarios imposibles» para conciliar vida familiar y laboral. Asimismo, protestan contra la existencia de contrataciones parciales «que obligan a continuas ampliaciones y cambios en el calendario», además de una «disminución paulatina del salario por la reducción del salario variable».
«La empresa quiere a una plantilla de paso, no empleo de calidad», ha comentado este responsable de la CIG, que reitera que los efectos de la contratación parcial son unos ingresos «miserables» y horarios cambiantes.
Los trabajadores también critican que están sometidos a una carga de trabajo «excesiva», que se suma a una menor contratación y a la falta de sustituciones.