La fundadora de Médicos del Mundo y presidenta de la Sociedad Española de Medicina Humanitaria (SEMHU), Pilar Estébanez, ha alertado este martes de que en Guinea «todavía hay excesivos casos» de ébola, ya que, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en lo que va de julio se han confirmado más de 50 nuevos enfermos por este brote en el país africano.
Otros de los países donde sigue activa la enfermedad son Liberia y Sierra Leona, aunque según la experta, la situación en estos lugares «está bajo control», y apenas se han producido nuevos casos en lo que va de mes, algo que incita «al optimismo» y espera «que se traslade a Guinea para finales de año».
La doctora en Medicina y especialista en Medicina Interna, Salud Pública y Medicina Humanitaria dirige en la sede de Laredo el Curso de Verano de la Universidad de Cantabria (UC) »Introducción a la asistencia sanitaria en crisis humanitarias», en el que participan una veintena de alumnos.
Además, este miércoles ofrecerá una conferencia, a las 20.00 horas, en el Centro Cultural Doctor Velasco de Laredo, en la que hablará sobre »Las luces y las sombras en la respuesta al trágico brote de ébola en el África Occidental».
En este sentido, la experta destacó que, aunque «ha habido un esfuerzo grandísimo» por parte de los países afectados, la falta de un sistema de salud desarrollado y de médicos que diagnostiquen y elaboren programas preventivos son claves para que el brote, a día de hoy, siga activo.
Asimismo, Estébanez alabó el manejo de la epidemia en otros países africanos de la zona como Senegal, donde «consiguieron que no se extendiera» y «hubo una campaña con el móvil que llegó a toda la población». Estos factores, unido a que cuenta con un sistema de salud «un poco desarrollado», ha logrado controlar en Senegal esta mortífera enfermedad, apostilló la experta.
MÁS DE 11.000 MUERTOS
Desde el comienzo de la crisis del ébola, según los datos que maneja la OMS, se han confirmado 27.742 casos en el mundo, de los cuales 11.284 han acabado en defunciones.
Por países, el mayor número de contagios se han producido en Sierra Leona (13.250 casos y 3.949 muertes), Liberia (10.672 casos y 4.808 muertes) y en Guinea (3.783 casos y 2.512 muertes). Muy lejos se sitúan los 20 casos diagnosticados en Nigeria, de los cuales solo 8 enfermos llegaron a fallecer.
Uno de los mayores problemas que hubo en la gestión de la crisis del ébola fue, según Estébanez, que el brote comenzó «en noviembre de 2013 y hasta marzo de 2014 -es decir, cinco meses después- cuando la epidemia ya estaba extendida, no se dio la voz de alarma, a pesar de que desde diferentes ONGs ya se había avisado».
Tampoco se analizaron correctamente «los aspectos culturales y antropológicos», ya que «en estos países hay unos hábitos que consisten en abrazar y tocar los cadáveres» y «así es como se producían los contagios, porque la fase más peligrosa es al final de la enfermedad».
«Una vez se llegó a conocer y transmitir esto, se empezaron a hacer unas políticas diferentes a las que se hacían en estos países, lo que ha permitido controlar la situación en Sierra Leona y Liberia, aunque no en Guinea», insistió la experta.
A su juicio, también fue «clave para afrontar mejor la epidemia» la llegada de los misioneros contagiados a los países occidentales porque fue cuando «se dio la voz de alarma» y «la opinión pública europea empezó a ver lo que estaba sucediendo».
«Hubo una falta de empatía generalizada con los países africanos y una alarma social exagerada en los países occidentales, aunque esto siempre ocurre en este tipo de enfermedades y es muy difícil controlarlo, sobre todo por los medios de comunicación», matizó Estébanez.
PRIORIDADES MUNDIALES Y PROFESIONALIZACIÓN
Por otra parte, la experta en Salud Pública subrayó que a nivel internacional se atraviesa «el momento de mayor crisis del siglo XXI y como no ha habido nunca» en cuanto al número de desplazados y refugiados.
Según explicó, en 2013 había 22 millones y actualmente se cifra en 37 millones el número de desplazados y refugiados, principalmente por las guerras de Siria e Irak. «No hay respuesta a eso porque no hay fondos. No estábamos preparados para atender a esa población y este es el gran desafío actual», aseveró Estébanez.
Además, a su juicio, «el mundo y la opinión pública no deben olvidarse de que, aunque nosotros estemos en crisis, tenemos que seguir ayudando, porque nos interesa a todos que esos millones de desplazados -debido a una situación de malestar en todo- no sean recogidos por los grupos rebeldes islámicos. La gente lo tendría que ver desde ese punto de vista».
Según la experta, en España «se disminuyeron todo ese tipo de fondos» destinados a la ayuda de refugiados a raíz de la crisis económica. «Hay una falta de conciencia pública porque ahora mismo la población española tiene otras prioridades», afirmó la doctora.
Otro de los aspectos de la asistencia sanitaria en crisis humanitarias en los que Estébanez hizo especial hincapié fue en la profesionalización de la ayuda que se ofrece en los países afectados.
En este sentido, manifestó que «de aquí a diez años» habrá una formación «que se va a exigir» para «acudir al terreno con una acreditación» porque «es fundamental mejorar el nivel de la asistencia».
«La calidad de la atención a las victimas sobre el terreno debe ser la misma que aquí. No puede ser diferente. La diferencia es que hay un contexto más problemático, hay tensiones políticas y menos recursos, pero la asistencia a esas víctimas debe ser igual y, además, respetando sus culturas, quizás con menos aparatos pero con la misma calidad», concluyó Estébanez.