En el escrito presentado por la AVM3J contra la providencia de 3 de marzo defienden la necesidad de suspender estas declaraciones hasta que FGV proporcione información sobre el organigrama y las funciones internas, dado que «si se hiciera una crónica de las declaraciones se vería que, a la luz de lo que actualmente se sabe, que no es ni con mucho todo, hay una laguna que no sabemos si merece tal consideración o la de océano».
«Si atendemos a las declaraciones de tan desmemoriados trabajadores de FGV, el que ésta a día de hoy siga funcionando se debe más al puro azar que a la necesaria coordinación», indica el letrado, que agrega que «ninguno sabe más allá de sus propias narices».
Así, indica que su sensación, «desgraciadamente compartida por los que venimos asistiendo a las declaraciones, es que estamos dando palos de ciego». «La instrucción avanza muy lentamente, pero las etapas se queman a velocidad vertiginosa y así la tutela judicial efectiva no se respeta», señala.
Desde la Asociación de Víctimas han recalcado que «una instrucción no puede limitarse a realizar preguntas a trabajadores que no pueden o no quieren proporcionar la información necesaria para esclarecer las causas y circunstancias en las que se produjo el accidente».