Donald Trump gana las elecciones y al mundo se le abren las carnes. Las encuestas no lo vieron venir y aunque muchas han intentado explicar los resultados a posteriori, las que sí lo vieron venir fueron las redes sociales.
Páginas de Facebook y webs de una y otra ideología se dedicaron a compartir contenidos a sus millones de seguidores con la intención de apoyar a un candidato o desvirtuar al otro. Muchas de las noticias eran falsas, pero la viralidad de las redes sociales y la facilidad para dar difusión rápidamente a los contenidos hicieron que los bulos creciesen como la espuma por Estados Unidos.
Una de las noticias más comentadas fue un montaje de la web de ABC News en el que se leía un titular falso: «El hombre que protestaba en la campaña de Trump habla: me pagaron 3.500 euros para fingir que protestaba en un mitin«. El propio hijo de Trump retuiteó esta historia falsa con el comentario: «Finalmente la verdad sale a la luz». La ABC News tuvo que desmentir que esa «noticia» apareciese en su web.
Google restringirá los anuncios
En internet circulan miles de historias falsas, pero ¿por qué estas noticias que han influido en la elección de Trump son diferentes? Esta vez la reacción ha sido inmediata: Google y Facebook han iniciado sendas campañas para intentar frenar el aluvión de bulos que circulan cada día. El resultado de las elecciones ha sido el detonante y, ante las presiones de algunos medios, el propio Mark Zuckerber, creador de Facebook, ha tenido que salir a defender su plataforma y asegurar que no han tenido nada que ver con la elección de Trump.
Al mismo tiempo, el buscador más grande del mundo y que controla la mayor parte del tráfico de usuarios a las webs, Google, ha informado de que creará un nuevo algoritmo que »censurará» a estas webs. La idea es que a través de su servidor de anuncios, Google AdSense, el buscador pueda identificar las páginas qeu compartan noticias falsas y cortarles el grifo.
Un 40% de noticias falsas
El portal de noticias BuzzFeed realizó una investigación propia analizando nueve páginas de Facebook de izquierda, derecha y medios tradicionales durante la campaña electoral. Algunas páginas como Eagle Rising (con 624.000 seguidores) o Right Wing News (con tres millones), con claro corte pro-Trump, difundieron noticias a favor del candidato o en contra de Hillary Clinton que luego resultaron ser falsas.
Pero también lo hicieron los del otro lado. Las páginas The Other 98% (tres millones de seguidores) o Addicting Info (un millón y medio), alineadas con Clinton, publicaron igualmente noticias falsas en contra de Trump.
Según el estudio de BuzzFeed, los diarios «clásicos» como la CNN, ABC News o Político compartieron un 0,0% de noticias falsas, mientras que las páginas antes mencionadas de la derecha publicaron un 38% de contenidos «engañosos» o directamente falsos y las páginas de izquierda lo hicieron en un 20% de los posts.
La culpa de las redes
Con su algoritmo, el gigante pretende cerrar la financiación de estas páginas y no bloquear noticias falsas pero sí ahogar financieramente a las webs y desincentivar este tipo de contenidos. El problema es que GoogleAds no es la única vía de financiación para estas páginas y los lobbies, grupos de presión o empresas alineadas con unos u otros candidatos, también puden financiar a las webs.
Al contrario que Google, Facebook se ha apresurado a decir que no tiene ningún tipo de relación con estos bulos y que investigará qué hacer con este tipo de páginas y si las censurarán como hacen con los contenidos de carácter sexual. Sin embargo, Zuckerberg ha explicado que ellos no crean contenidos ni premian la difusión de los temas. Son los usuarios los que comparten.
Las decisiones de ambos abren de nuevo el debate sobre la responsabilidad de las empresas privadas de internet y su capacidad para «censurar» o no. ¿Cómo será el algoritmo de Google? ¿Puede una máquina decidir si las noticias son falsas o verdaderas? ¿Con qué criterio?