Siempre se habló de una hoguera en Las Quemadillas, la finca a las afueras de Córdoba que pertenecía a los padres de José Bretón. Una hoguera cuyos restos se analizaron y en la que se hallaron huesos. En un principio, se dijo que eran restos óseos de animales, aunque casi un año después, varios informes echaron por tierra estas conclusiones y determinaron que eran restos humanos, de niños.
Ahora, en el juicio que comenzará el próximo día 17 de junio en Córdoba, se tratará de ver cómo Bretón hizo la hoguera. Así, según uno de los puntos del auto de hechos justiciables dictado por el magistrado, se verá si «el acusado, conforme a lo que ya tenía previsto y meditado, prevaliéndose de su condición de padre y de su mayor fortaleza física, confianza y autoridad, acabó con la vida de sus hijos Ruth y José B. O., de manera no determinada, y prendió una hoguera cuyos elementos esenciales ya tenía preparados, en un lugar nuevo de la finca, entre dos naranjos y sin visibilidad desde el exterior».
El auto continúa explicando que Bretón avivó rápidamente la hoguera «gracias al acopio de leña de olivo y gasoil que había efectuado y en la que colocó los cuerpos de sus hijos Ruth y José B. O., junto con una mesa metálica con el tablero en posición vertical, que cubría en toda su longitud el cuerpo de los menores y la propia pira, que llegó a alcanzar temperaturas de hasta 1.200 grados centígrados, logrando un efecto similar a un horno crematorio«.