«Ser elegido jefe de Gobierno está asociado con un aumento sustancial en el riesgo de la mortalidad«, aseguran los científicos de la Universidad de Harvard y Massachusetts. Más responsabilidad política se traduce en menos años de vida y si echamos un vistazo a nuestros políticos y su evidente envejecimiento prematuro parece que es cierto.
El estrés al que han estado sometidos los líderes políticos de nuestro país, entendible tras dos elecciones generales, numerosas crisis internas en sus respectivos partidos y casi un año sin Gobierno, se ha traducido en arrugas y caras cansadas. Concretamente, el doctor Javier de Benito, cirujano estético, hace alusión a la caída de las cejas y al exceso de piel en los párpados superiores.
El estrés libera ciertas sustancias químicas, como el cortisol, que nuestro cuerpo tiende a fabricar cuando nos encontramos ante situaciones de emergencia, con el objetivo de ayudarnos a superar los problemas. Así, cuando el estrés es puntual resulta beneficioso para nuestro organismo, pero no cuando se mantiene durante largos periodos, ya que resulta perjudicial para la salud y la piel.
En este sentido, un análisis sobre la longevidad de líderes nacionales de 17 países, entre los que se encuentra España, demuestra que ser elegido presidente puede suponer hasta 2,7 años menos de esperanza de vida. Además, el estudio recoge que los líderes electos tuvieron un 23% más de riesgo de muerte que los candidatos que no llegaron a la presidencia.
Uno de los cambios más evidentes que provoca el estrés en nuestro organismo afecta al color del pelo, ya que altos niveles de tensión aumenta el número de canas consecuencia de la pérdida de la sustancia que da color al cabello.
Por otro lado, el estrés provoca la ralentización del flujo sanguíneo que a su vez conlleva la deshidratación y escasez de nutrientes en determinadas zonas del cuerpo culpables de la flacidez de la piel.
El poder ha desgastado física y mentalmente a los políticos, pero cabe destacar que cuando el envejecimiento es producto del estrés es posible paliar sus secuelas llevando una vida mucho más tranquila, alejada de todas aquellas situaciones que nos causan estrés. Llevar a cabo actividades relajantes o practicar ejercicio físico de forma regular son dos opciones que obtienen resultados muy positivos a la hora de desestresarnos.
Y sino que se lo digan al ex presidente Aznar, que después de un tiempo alejado de la política volvió luciendo abdominales.
En definitiva, los investigadores concluyen que los motivos principales por los que los jefes de gobierno viven menos años son el estrés y la falta de tiempo para cuidar su salud. Se entiende entonces la construcción en La Moncloa de una cancha de baloncesto, iniciativa promovida por Zapatero, ahora aprovechada por Rajoy y sus hijos.
Por su parte, otro estudio orientado a analizar la esperanza de vida de los políticos británicos, concluye que la tasa de mortalidad de los diputados es inferior en un 28% a la población en general, llegando incluso al 38% si hablamos de los miembros de la Cámara de los Lores, cuyos cargos pueden ser vitalicios.
Los dirigentes “tienen una mortalidad significativamente acelerada comparado con los candidatos no elegidos”, afirma el estudio. Así, si extrapolamos estos resultados a España, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera deberían estar muy agradecidos de no haber llegado a lo más alto del ejecutivo.