A veces pensamos que estamos comiendo alimentos cuando gran parte de lo que ingerimos son aditivos. Sin incurrir en la ‘quimiofobia’, lo cierto es que ciertos productos que suelen asociarse con una “alimentación saludable” esconden grandes cantidades de sal y azúcar. Este es el caso de embutidos como el pavo o el jamón cocido que, lejos de ser unas opciones nutritivas interesantes en nuestra dieta, los expertos en nutrición recomiendan erradicar de nuestro día a día.
La dietista-nutricionista Gabriela Uriarte lo tiene claro y explica a teinteresa.es que los embutidos como el jamón de York o el pavo no son tan sanos como nos han hecho creer, porque “no son lo que parecen. En algunos casos no llega ni al 50% y habitualmente contienen alrededor del 65%, además de otros ingredientes como potenciadores del sabor, aromas, mucha sal y azúcar nada recomendables”.
En este sentido recurrir al etiquetado resulta primordial:
Los ingredientes aparecen ordenados según cantidad, es decir, el primero sería el que se encuentra en mayor proporción y el último el que menos presencia tiene en el producto. Atendiendo a las anteriores etiquetas podemos descubrir que el fiambre de pavo tiene apenas un 50-55% de pavo. Qué es la mitad restante entonces, pues sal, azúcar, estabilizadores, aromas, potenciadores del sabor, antioxidantes, colorantes…
No obstante, “no es que un alimento sea insalubre por contener aditivos o porque contenga muchos ingredients diferentes. Lo que sucede es que es común que aquellos productos alimenticios que tienen gran cantidad de ingredients sean a su vez ultraprocesados y, por tanto, estén fabricados con ingredientes superfluous y de baja calidad”, escribe el también dietista-nutricionista Aitor Sánchez, en su libro ‘Mi dieta cojea’.
Juan Llorca, cocinero profesional y asesor de alimentación en diferentes escuelas de Valencia, también se muestra contrario a los embutidos: “El jamón york, el pavo, el chorizo, el salami, la sobrasada mallorquina, en definitiva todos los embutidos que se encuentran muy presentes en la cultura española, alimentos comúnmente utilizados a diario sobre todo en los almuerzos y meriendas del público infantil, son carnes procesadas. Son alimentos que deberían excluirse de la dieta ya que son incluidos por la OMS dentro de una relación directa con el cancer colo-rectal”
Por ello, Juan anima a “recordar lo básico y sencillo que es incluir la fruta en el almuerzo y la merienda, y si nos queremos comer un bocadillo, no olvidarnos de lo rico que está con una buena tortilla, unas sardinas de lata, un poquito de tomate con anchoas, o algo más moderno como un pato vegetal y un hummus”.
No es oro todo lo que reluce
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) quiso demostrar en su campaña ‘¿Sabemos lo que comemos?’ que muchas veces adquirimos productos pensando que son una cosa cuando realmente no lo es. Un ejemplo de esto es el jamón de York: “bajo la denominación «York» no hay jamón sino otras carnes de cerdo. Preparadas de la misma forma, pero de piezas menos nobles… y más baratas. También es habitual ver jamón «extra jugoso». En contra de lo que parece, es de menor calidad que otros (tiene más agua y menos jamón)”.