Tal y como se preveía, el Parlamento alemán ha elegido al pastor luterano retirado y activista pro Derechos Humanos, Joachim Gauck, nuevo presidente del país. La elección del pastor luterano y antiguo disidente de la RDA Joachim Gauck como nuevo presidente de Alemania por la Asamblea Federal se consideraba un puro trámite, ante el abrumador respaldo del gobierno y la gran mayoría de la oposición.
Para sorpresa de propios y extraños, Merkel renunció a un candidato propio y cedió a la presión de la oposición y de su socio liberal tan solo dos días después de la dimisión en febrero del anterior jefe del Estado, el cristianodemócrata Christian Wulff, acosado por un escándalo de corrupción y tráfico de influencias.
Con Wulff, la canciller sufría la segunda baja presidencial en menos de dos años, después de la dimisión en la primavera de 2010 del anterior máximo mandatario, el también cristianodemócrata Horst Köhler, en esa ocasión por unas polémicas declaraciones en las que justificó las misiones militares alemanas en el extranjero por motivos económicos.
Sobre los hombros de Gauck está ahora la responsabilidad de devolver a la Presidencia de Alemania, un cargo de contenido simbólico y representativo, la autoridad moral perdida, si bien la gran mayoría de los alemanes, según las encuestas, consideran que es la persona adecuada para conseguirlo.
El prestigio de Gauck se basa en su rebelión contra el régimen comunista de la extinta RDA desde su púlpito en la germano oriental ciudad de Rostock, pero sobre todo por su labor tras la caída del Muro de Berlín como primer responsable de la custodia de los archivos de la Stasi, la otrora todopoderosa policía política que controlaba de manera orweliana a los ciudadanos del Este del país.
La esperada elección de Gauck, de 72 años, trae consigo además que la RFA cuente por primera vez en su historia con dos dirigentes procedentes de la extinta RDA y de confesión evangélica ante el mismo origen de la canciller federal, Angela Merkel.
El pastor evangélico tuvo como única rival relevante en la votación a la cazanazis Beate Klarsfeld, candidata presentada por la formación de La Izquierda, partido que no fue invitado a la reunión en la Cancillería para consensuar al aspirante mayoritario. Con 124 delegados en la Asamblea Federal, La Izquierda y su candidata carecían de posibilidad alguna.
Puramente anecdótica es la candidatura del revisionista de la ultraderecha Olaf Rose, quien entre otras cosas sostiene que Rudolf Hess, lugarteniente de Adolf Hitler, no se suicidó a los 93 años en la cárcel berlinesa de Spandau, sino que fue asesinado por los aliados.
Rose es el candidato presentado por el ultraderechista Partido Nacionaldemócrata (NPD), cuya ilegalización discuten el resto de las formaciones y que cuenta con tan solo tres delegados en la Asamblea Federal salidos de su escueta representación en las cámaras regionales alemanas.