«Este debate se trata de una falacia keynesiana porque no hay crecimiento sin austeridad. Lo primero que hay que hacer es reforzar la solvencia del Estado, los bancos y el sector privado. Y esto requiere que se consuma menos de lo que se produzca para poder ir pagando los intereses y luego volver a consumir más.
La liquidez que está inyectando el Banco Central Europeo se está yendo a financiar el déficit público, y las emisiones de deuda son para ayudar a la banca. Pero cada vez habrá que ir ayudando menos a los bancos y al sector privado para así tener menos deuda pública y privada.
Este error parte del enfoque keynesiano que sostiene que el consumo hace crecer la economía cuando lo que la hacer crecer es el ahorro. Si consumo más de lo que produzco, tendré que endeudarme y pagar los intereses, que irán creciendo, y al final lo que produzca cada vez se irá más a pagar los intereses, así que cada vez tendré menos para consumir. De seguir por este camino, se llega a un momento en el que no se puede pagar ni la deuda. Esto es lo que nos está pasando ahora en España.
Cuando se habla del ahorro, la gente piensa que es meter el dinero debajo del colchón, pero el ahorro suele estar en los bancos, que invierten el dinero en préstamos a los empresarios. Lo que ahorres y pongas a producir hará que en el futuro tengas tu dinero y el de tus intereses. El ahorro construye un patrimonio que permite edificar el futuro.
Pero lo fácil es decirle a la gente que siga gastando. Es más difícil ahorrar que gastar, pero si gasto más de lo que ingreso voy al desastre. Reconozco que es un discurso duro y poco amable decirle a los votantes que hay que apretarse el cinturón. Pero decirles que hay y que tirar del consumo es demagogia”.
– Rubén Manso Olivar es inspector del Banco de España en excedencia y consejero delegado de Mansolivar & IAX.
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«Las dos cuestiones -austeridad o crecimiento- no son necesariamente excluyentes. La austeridad se aplica para que haya crecimiento a medio y largo plazo pero a corto plazo genera más paro y cero crecimiento. Es una cuestión de tiempos.
Creo que hay que hacer recortes, porque de lo contrario la economía no va a crecer. Se están dando pasos positivos (la reforma financiera y laboral), pero tiene que haber una orientación política más de fondo, que apoye el I+D+i. También veo necesario un programa europeo que fomente las políticas de crecimiento. Los recortes deberán preservar y potenciar ciertas partidas que nos permitan ser más competitivos a medio y largo plazo.
El problema es que nos encontramos sumidos en dos crisis. Una, a corto plazo, es la crisis de los sprits de deuda, que es la que todos los días tenemos y es la que tenemos que afrontar comprando más deuda pública.
Para la crisis que es más a medio/largo plazo se necesitan políticas que permitan el crecimiento, y si el sector privado no crece porque está agarrotado, tendrá que ser el sector público -español o europeo- el que abra las vías para la reactivación.
Creo que habría que hacer recortes más selectivos. Los recortes en educación o en I+D+i son peligrosos y arriesgados. Ahora parece que se está hablando en Europa de un nuevo Plan Marshall para construir infraestructuras. No creo que España necesite esto. Si algo nos sobran son las carreteras y los aeropuertos. Pero se necesita más dinero para facilitar el crédito a todo aquel que tiene ideas para montar empresas innovadoras y competitivas
El sector financiero van a tardar mucho tiempo en volver a dar préstamos. La recuperación va a ser lenta y, por ello, se va a necesitar que el Estado la acelere artificialmente. Los ajustes que se están haciendo son necesarios, pero sus efectos positivos va a tardar en verse. Por ello, será necesario que el Estado tome protagonismo en algún momento”.
– Luis Rubalcaba Bermejo es Catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Alcalá de Henares.