Los combates entre el ejército y salafistas radicales continúan hoy en los alrededores de la ciudad meridional de Sidón, aunque la tensión se ha extendido al norte del Líbano, principalmente a la ciudad de Trípoli y un cercano campo de refugiados palestinos.
La cúpula de la seguridad se halla reunida en el palacio presidencial de Baadba, según medios libaneses, donde están analizando la crítica situación.
Los choques, que comenzaron ayer, prosiguen hoy en torno a la mezquita Bilal Bin Rabah, donde es imán el jeque radical suní Ahmed Al Asir, que ha hecho un llamamiento a sus seguidores, al «pueblo de Sidón, del Líbano y a los liberales del mundo árabe para que socorran a sus familiares, que son objeto de una matanza».
«El ejército libanés impide cualquier ayuda a los niños, mujeres y heridos en las cercanía de la mezquita, y bombardea la zona con obuses y armas pesadas», afirmó Al Asir en su mensaje, en el que acusa a las tropas libanesas de actuar en connivencia con los milicianos del grupo chií Hizbulá.
«Ahora, el fusil está dirigido contra nosotros después de haberlo estado contra Al Quseir», en alusión a la localidad siria que fue recientemente recuperada por el régimen de Damasco con la ayuda de Hizbulá.
El ejército ha confirmado la muerte de 12 militares, aunque algunos medios elevan el número de bajas mortales en sus filas a 17.
El jefe de operaciones de la Cruz Roja Libanesa, Georges Ketan, declaró a la televisión LBC que más de 50 civiles han resultado heridos en los combates y trasladados a hospitales, aunque puntualizó que todavía no han podido entrar en las áreas más conflictivas, en el barrio de Abra.
Mientras, el ejército libanés bombardeó hoy posiciones de los grupos radicales suníes Fatah al Islam y Yund el Sham en las cercanías del campo de refugiados palestinos de Ain el Helu, el mayor del Líbano.
La situación se está deteriorando también en la ciudad septentrional de Trípoli, uno de los focos de mayor violencia entre partidarios y detractores del régimen de Bachar al Asad, donde elementos armados han salido a las calles disparando y exigiendo a los comerciantes que cierren sus establecimientos.
Una granada fue lanzada en la plaza Abdul Hamid Karame de Trípoli, mientras que se escuchan disparos en el campo de refugiados palestinos de Bedawi, cerca de esta ciudad.
El patriarca maronita (católico de Oriente), monseñor Bechara Rai, ha condenado con rotundidad los ataques contra las fuerzas armadas.
«Atacar al ejército equivale a atacar a la nación, al Estado, a las instituciones y al honor de los ciudadanos. Condenamos a todos los que encubren esos crímenes y a quienes los cometen», afirmó.