La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha reprochado hoy al PDeCAT que haya optado por tener como «interlocutor preferente» a la CUP, que «quita y que pone presidentes» y que hace una política «radical de izquierdas».
«Quién les ha visto y quién les ve, señores de Convergencia Democrática de Cataluña», se ha lamentado Sáenz de Santamaría en respuesta a una pregunta del portavoz del PDeCAT en el Senado, Josep Lluís Cleries, interesado en conocer los criterios con los que el Gobierno «está escogiendo a los nuevos interlocutores» en Cataluña.
La vicepresidenta le ha hecho ver que los antiguos nacionalistas moderados de CDC han elegido como «interlocutor preferente» a los «radicales» de la CUP, que están implantando en Cataluña «un modelo radical a cuenta de sacar un referéndum que saben que es ilegal y que no se puede hacer».
Cleries, por su parte, ha dicho a la vicepresidenta que la veía «atareada» buscando interlocutores en Cataluña pero, mientras tanto, el Gobierno no habla con el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, que es, ha dicho, el interlocutor de todos los catalanes.
«Despreciar a nuestro presidente y a su gobierno es despreciar a los 7,5 millones de catalanes a los cuales representa por democracia y por ley», ha apostillado el senador. «Hable con quien quiera, siempre es saludable hablar, pero los catalanes ya hemos elegido al interlocutor, el presidente Puigdemont, le guste o no le guste», ha añadido.
La también ministra de la Presidencia y para las Administraciones Territoriales, que ha declarado su «estupor» por esa pregunta, ha defendido el derecho de reunión del Gobierno, bajo el criterio de la «pluralidad», porque la sociedad catalana es «libre, plural y abierta».
«Al presidente de la Generalitat lo eligió la CUP, que es el interlocutor que usted ha elegido de manera preferente. Nosotros preferimos la centralidad y la moderación», ha señalado Sáenz de Santamaría, antes de enviar un consejo al PDeCAT: «Trabajen por todos los catalanes y no sólo por esos diez diputados que tanto le importan de la CUP».
En otro momento de su intervención, en la sesión de control al Gobierno del pleno del Senado, Cleries ha opinado que esa forma de actuar del Gobierno es «una prueba más de su falta de talante democrático», al llenarse «la boca siempre con la Constitución» pero luego incumplirla, saltándose «a la torera» 34 sentencias del Tribunal Constitucional y del Supremo.
«Pero con ustedes la Fiscalía no actúa, como tampoco con algunos presidentes y expresidentes autonómicos», ha insinuado el senador, que también ha acusado al Ejecutivo de haberse «radicalizado mucho».
Según su criterio, desde el Gobierno «no quieren dialogar con el interlocutor legal y democrático de Cataluña» y tampoco «han ofrecido ni quieren ofrecer nada», salvo «mucho postureo».
«Mucho hablar de propuesta y diálogo pero ni fecha ni propuesta encima de la mesa», ha indicado.
La vicepresidenta le ha contestado avisándole de que tiene «un grave problema conceptual», un «concepto patrimonialista» de Cataluña.
Y después de recalcar que «Cataluña es mucho más que la Generalitat», Sáenz de Santamaría ha apuntado que además hay otras instituciones, como los ayuntamientos, con los que se puede hablar, así como entidades deportivas, económicas y culturales, algunas de ellas centenarias.
«Su problema es que su gobierno practica el pensamiento único y ha decido dejar de servir al conjunto de los catalanes piensen lo que piensen o voten lo que voten», ha lamentado, para después recordar que Puigdemont no acudió a la Conferencia de Presidentes y que la Generalitat no ha querido participar en la comisión de expertos para la reforma de la financiación autonómica.
Y ha sentenciado: «Nosotros hablamos por unir y no para dividir, para llevar a Cataluña a la centralidad y la moderación y no para cambiar su modelo social por uno radical que es lo que está debajo del paraguas del independentismo».