¿Se sabe realmente cuál es el pensamiento político de Pedro Sánchez? Difícil decirlo a base de eslóganes, frases de campaña y poco recorrido político. Teinteresa.es ha hablado con expertos y colaboradores del ya secretario general para saber cómo piensa un hombre que puede tener en sus manos el destino del país. La conclusión no es fácil, pero de las palabras que le conocen Pedro Sánchez está más cerca de Felipe González que de ZP.
Y no solo porque el recuerdo mitigue los errores del primeros y engradezca los del segundo, sino porque pese a hablar de la izquierda, y usar como pocos la mulatilla de compañeros y compañeras, Pedro Sánchez es consciente de que la militancia no ha votado un giro a lo Podemos. Sánchez era el hombre más cercano al aparato y sabe que su objetivo es ganar: los militantes no han querido aventuras y han votado al, en apariencia, más centrado de los candidatos.
Pedro Sánchez se ha definido como »el candidato de la unidad», que quiere un cambio intregrador »de abajo a arriba» y la búsqueda de fortalezas para la formación. En su primer discurso como nuevo secretario general ya apuntó que su intención es «articular un proyecto sólido, solvente y ganador» para España, pero también un proyecto «realista».
«Voy a cambiar el PSOE para cambiar España», aseguró Sánchez, que hizo hincapié en que su partido debe «recuperar el sello de un PSOE que quiere ganar y no se contesta con protestar».
De él se ha hablado que durante su etapa en el Ayuntamiento de Madrid le bautizaron como »Pedro, el guapo», que participó como consejero general en las asambleas de Caja Madrid de 2004 a 2009 o, que tiene el apoyo de la mayoría de los barones socialistas para desempeñar su cargo.
Pero lo que no se ha hablado hasta el momento son las características que posee en comparación con otros secretarios generales o presidentes socialistas, que han sido una parte importante en la historia de España con sus medidas, propuestas o incluso carisma.
Basándonos en la figura de Sánchez como político, sus ideas en precampaña y campaña, Teinteresa.es junto algunos analistas políticos realizan un perfil de las cualidades que podría tener el nuevo secretario general del PSOE en comparación con algunos líderes socialistas.
El carisma de Felipe González
La empatía con el resto de militantes y simpatizantes. Para los consultados, el aire cercano y su saber estar no pasan desapercibidos. Ha visitado decenas decenas de sedes y estrechado la mano y hablado con miles de militantes.
Para Javier Ruedas, uno de los máximos responsable de la campaña de Pedro Sánchez, asegura que el nuevo líder de PSOE ha sabido ganarse de abajo a arriba» y conectar con la gente. «En eso coincide con Felipe González«, dice, asegurando que ambos son capaces de concetar con la multitud desde el primer minuto y ganarse su atención. Sánchez, como González, se han recorrido España para relacionarse con los militantes.
Ruedas admite que Sánchez tiene capacidad de liderazgo -como González- y capacidad de alternativa de gobierno. «Ambos están centrados. Centrados en la izquierda», puntualiza.
«Pedro es muy cercano, incluso durmió en casa de militantes los días que estaba fuera de Madrid en campaña. Había muchísimas propuestas de simpatizantes para que durmiera en sus casas cuando visitaba esa provincia», comentó uno de los invitados por el madrileño para apoyar su triunfo en la sede de Ferraz.
Mientras, el socialista José Luis Balbás, impulsor de una corriente renovadora dentro del socialismo, sitúa a Sánchez en la socialdemocracia, con una actitud política moderada. Pese a que ve coincidencias con González, destaca que evidentemente el panorama políitico ya no es el mismo y no se limita a la izquierda y la derecha.
Felipe González »partía la pana», titulaban algunos medios cuando era presidente del Gobierno. González en sus primeros tiempos como buen militante de izquierdas llevaba la chaqueta de pana, tan conocida, con coderas y camisas de cuadros o blancas.
Por su parte, a Sánchez ya se le conoce como el candidato de la camisa blanca. La ha llevado en sus mítines, en entrevistas e incluso se comentó que la noche que ganó la secretaría general la llevaba como la llevó en su día y la misma noche, Alfredo Pérez Rubalcaba. Los candidatos que apostaron por la camisa azul como en su día llevó Carme Chacón y ahora Eduardo Madina, siempre han perdido.
Entre los éxitos o acontecimientos que marcaron la presidencia de González se pueden destacar: El ingreso de España en la Comunidad Europea (1985) y la celebración simultánea en 1992 del V Centenario del Descubrimiento de América, la Exposición Universal de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona, que marcaron el punto más alto del prestigio internacional de Felipe González y de la imagen exterior de la nueva España como un país moderno y democrático.
Una de sus citas célebres fue la que comentó haciendo balance de su gobierno: «Al gobernar aprendí a pasar de la ética de los principios a la ética de las responsabilidades».
Pedro Sánchez también es consciente de lo que hizo González cuando abandonó el marxismo. Lanzó un órdago para centrar al partido y poco a poco se separó de UGT, lo que le provocó dolorosas huelgas generales. González fue pragmático a la hora de entrar en la OTAN y siempre vio a España parte de Europa. Se relacionó más con Alemania que con Latinoamérica, y puso en marcha reformas de calado en pos del interés general. Los años y la corrupción, el cansancio de un proyecto, acabaron con su Gobierno, pero González ha dado muchas muestras de que el PP no es el enemigo, tan solo el rival. Y que en muchas cuestiones de Estado será el compañero necesario e inevitable. Gobernar a espaldas de esa realidad, como hizo ZP, lleva al país al conflicto.
Cómo el programa de Sánchez se desconoce, salvo aspectos muy puntuales, resulta difícil saber cuáles serán sus posturas en determinados aspectos. Algunos expertos temen que Sánchez tome decisiones equivocadas en lo referente en política exterior, un error que en ningún moemnto se permitió González. Un ejemplo ha sido su decisión, a sólo dos días de ser elegido, de no apoyar al Juncker, pese al acuerdo previo de su partido con los populares europeos.
¿Logrará el nuevo secretario general »de la unidad» esos cambios tan profundos a su paso por el PSOE?
Los chicos de Trini
Pedro Sánchez es el protegido de los ex ministros: José Blanco y Trinidad Jiménez, como también lo fue en su día José Luis Rodríguez Zapatero.
Trinidad Jiménez formó parte de la corriente »Nueva Vía», fundada por José Luis Rodríguez Zapatero junto a José Blanco, Jesús Caldera, Juan Fernando López Aguilar y Jordi Sevilla, decisiva para su nombramiento como secretario General del PSOE en 2000 ante un favorito José Bono.
«Desde bien jóvenes hemos sido amigos», señaló en una entrevista el ex presidente sobre Blanco y Jiménez. De esta última, el leonés la propuso como secretaria de Estado para Iberoamérica, cargo que ocupó hasta su elección como ministra de Sanidad y Asuntos Sociales en abril de 2009, un gran giro en su carrera que nadie esperaba, como el de José Blanco, persona de confianza de Zapatero en su etapa al frente del Gobierno de España.
Sánchez conoce a Trinidad Jiménez en el Ayuntamiento de Madrid, al formar parte del equipo encargado de promocionarla, donde finalmente consiguió que figurase en la lista de las municipales.
A los 31 años, Sánchez no sólo era concejal en el Ayuntamiento más grande de España y llevaba los temas de Urbanismo y Economía, sino que desde allí seguía trabajando para el entonces »número dos» del partido, José Blanco.
«Se notaba que no quería hacer carrera en el Ayuntamiento», recuerda alguien que coincidió con él en aquella época, en la que Pedro «el guapo», así le llamaban, terminó por convertirse en la cara de la denuncia en 2007 de una trama de corrupción de funcionarios municipales que agilizaban la concesión de licencias en lo que se llamó el ‘caso Guateque’.
En esa época se casó y Trinidad Jiménez, su madrina política, ofició su boda no religiosa en el hipódromo de la Zarzuela.
Fue trabajando con Jiménez codo con codo en el Ayuntamiento de Madrid cuando se hizo una pieza imprescindible en el grupo municipal. Allí comenzó su amistad que conservan a día de hoy.
La juventud y la regeneración de Zapatero y González
En el caso de que Sánchez se presentara a las primarias abiertas y ganara la presidencia del PSOE, tendría casi la misma edad que cuando José Luis Rodríguez Zapatero fue presidente.
«La juventud y el aire fresco es un punto fuerte que buscaba el PSOE a la hora de pedir esa »regeneración». Alguien joven, cercano y con buena presencia como lo fue en su día en apariencia Zapatero o Felipe González. Una imagen nueva», apunta un analista político.
Sánchez también tiene a sus barones como González
Sin duda alguna, el apoyo de los barones es decisivo en la carrera a la secretaría general. Felipe González contaba con el apoyo, casi mayoritario, de todo el partido, en especial de los sectores más jóvenes.
Mientras que Sánchez, por su parte, ha sido un candidato hecho a sí mismo en pocos días y ha sido decisivo el gran apoyo de Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía, el peso pesado dentro del partido en estos momentos para su elección como nuevo secretario general.
Además de Díaz, Sánchez ha contado con el apoyo de todo su equipo que a su vez han sido y son personas cercanas y de máxima confianza de José Bono.
El jefe de campaña es José Cepeda, diputado del PSOE en la Asamblea de Madrid, que en su día apoyó a Tomás Gómez, otro barón que en la recta final no se quiso despegar del candidato y nuevo secretario. Cuando el escrutinio de las votaciones iba en torno al 80% con Sánchez a la cabeza, Gómez no se lo pensó dos veces y fue el primer dirigente en acercarse a la sede para darle un abrazo.
José Luis Fernández es el hombre que ha estado al frente de la comunicación en el grupo de Sánchez. Desde hace años es amigo de José Bono y fue su responsable de los medios de comunicación en la Junta de Castilla-La Mancha y a quien Bono debe gran parte de su buena prensa.
Sánchez, con menos peso en el partido que tenía González
«En los años 70, el PSOE tenía un peso muy fuerte entre los jóvenes. Felipe era un líder muy querido que hizo una verdadera renovación del partido. Algo que pide la militancia a Sánchez y que éste, de momento, se ve favorable a hacerlo pero todavía es desconocido para ilusionar a la mayoría del partido. Le queda mucho camino por recorrer», comenta el periodista Justino Sinova.
El periodista asegura que Sánchez ha obtenido un resultado muy bueno para ser un proceso de primarias, algo desconocido como candidato y un
proceso histórico, «ya que sólo lo hemos visto esta vez», pero «tiene que demostrar que todo lo que ha prometido lo cumple» y observar su desarrollo como líder en política, «que no es fácil», señala.
Sin el respaldo de un presidente socialista
Pese a contar con el apoyo de Susana Diaz, el nuevo secretario general nunca convenció a Alfredo Pérez Rubalcaba, quien desde el principio se
mostró favorable hacia el candidato vasco, Eduardo Madina.
En su día, Joaquín Almunia contó con el apoyo del presidente Felipe González para optar a su candidatura. Un peso que todavía Sánchez se deberá ganar con su nuevo equipo y proyecto »regenerador» que realice. Todo depende de si se presentará a las primarias abiertas para optar a la presidencia o, si por el contrario, decide apostar por Susana Díaz u otra candidatura en la que ofrezca su apoyo y se sienta cómodo.
La posibilidad de jugar a los extremos como Zapatero
Tener como aliados a los países latinoamericanos frente a Estados Unidos, le costó caro al presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Acusado
de «extremista» en su política internacional.
Así, también fue tachado de extremista al alimentar las ilusiones de un referéndum en Cataluña, mientras que el PP le cerraba las puertas de par en par.
La que fue presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre hizo estas declaraciones: «Zapatero parece que está a gusto ofreciendo su colaboración a los proyectos separatistas y no pierde ocasión de recordar que él va a aceptar todas las propuestas que le vengan del tripartito catalán y ha anunciado su voluntad de llevar a un referéndum el nuevo estatuto del País Vasco».
Sánchez sabe que debe unir a unos sectores del PSOE que no están nada contentos con la cuestión catalana y que piden más cercanía a la propuesta de Mas. De momento Sánchez apuesta por «una España unida y sin fisuras».
Su postura en este tema es similar a la del Gobierno y a la de Alfredo Pérez Rubalcaba: no cree necesario «que se tenga que hacer un referéndum ni pactado ni legal”. Pero sí apuesta por una reforma de la Constitución para que defina «el carácter federal de España, para que las comunidades autónomas ganen en autogobierno», y en ese momento «hacer un referéndum» entre todos los españoles.