El secretario de Defensa de EEUU, Leon Panetta, aseguró hoy en Afganistán que las fuerzas internacionales y afganas avanzan en la guerra contra los grupos radicales suníes afganos Taliban pero remarcó la necesidad de que Pakistán coopere para lograr este objetivo.
«Nos movemos en la dirección correcta y estamos ganando este difícil conflicto», dijo Panetta, quien aterrizó el martes en Kabul en el inicio de una visita de dos días no anunciada, según recogió el canal local de televisión «Tolo».
De acuerdo con un comunicado difundido por su oficina, el secretario de Defensa mantuvo que «se está alcanzando un punto de inflexión en cuanto a terrorismo después de diez años de guerra» y prometió que EEUU no huirá de sus responsabilidades en Afganistán.
«Garantizaremos que la sangre que se ha derramado no haya sido derramada en vano», dijo.
El ex director de la CIA pronunció estas palabras durante un encuentro con unos 200 soldados estadounidenses en una base de la provincia oriental afgana de Paktika, situada a unos 50 kilómetros de la frontera con Pakistán.
Panetta, que se había entrevistado el mismo martes con diversas autoridades afganas, como los ministros de Defensa y de Interior, subrayó la importancia del papel de Pakistán en la resolución del conflicto afgano.
«Para vencer en Afganistán, necesitamos ganar también en Pakistán bajo todos los conceptos. Si vamos a estabilizar este país, también los paquistaníes tienen que hacerlo muy bien para estabilizar» su territorio, argumentó.
La visita de Panetta llega en pleno deterioro de las relaciones entre EEUU y Pakistán, país al que Washington tiene como aliado en la lucha contra el terrorismo pero del que recela por su supuesto apoyo a grupos insurgentes afganos.
El Gobierno paquistaní bloqueó a finales de noviembre los pasos fronterizos hacia Afganistán a los camiones que transportan suministros para las tropas de la OTAN desplegadas en ese país y ordenó a EEUU desalojar una base aérea que ocupaba en el suroeste de Pakistán.
Ambas medidas fueron tomadas en represalia por la muerte pocos días antes de 24 soldados paquistaníes a causa de un ataque de helicópteros aliados contra dos puestos de control ubicados en la frontera con Afganistán.
Algo más de una década después de la invasión de EEUU y caída del régimen talibán, la guerra afgana se haya en su momento más sangriento, mientras que la violencia en el vecino Pakistán también se ha recrudecido.
Las fuerzas internacionales comenzaron el pasado julio la retirada progresiva de Afganistán, un proceso que concluirá si se cumplen los plazos previstos en 2014, cuando el Ejército y la Policía afganos habrán asumido plenamente el control de la seguridad.