El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, ha valorado este viernes la propuesta de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de crear una red de ciudades para acoger refugiados, pero ha asegurado que, después de formularla, pidió al Gobierno central que se hiciera cargo de los costes.
«Hizo una invitación abierta a todos los refugiados y ese mismo día dirigió una carta al Gobierno central para decirle que se tendría que encargar de los costes. La solidaridad de la señora Colau es una solidaridad que encomio, pero la responsabilidad financiera recaía sobre el Gobierno central», ha explicado Margallo en rueda de prensa en Madrid junto con su homólogo alemán, Franz-Walter Steinmeier.
Ante el desafío al que se enfrenta Europa con la llegada de miles de refugiados procedentes de Siria y otros países de Oriente Próximo, el ministro ha manifestado que España siempre ha sido y sigue siendo «un país extraordinariamente solidario», pero que existen distintos puntos de vista sobre la política de asilo y acogida.
Según ha asegurado, el Ejecutivo está «perfectamente dispuesto a soportar la cuota de solidaridad que le corresponde», pero ha ido más allá al advertir de que lo que hace falta para abordar este tipo de retos es «una política integral completa sobre asilo e inmigración» en el seno de la UE.
Aunque ha recalcado que asilo e inmigración son conceptos jurídicamente diferentes, Margallo ha señalado que en ambas situaciones los países de acogida tienen un «deber básico de integración», lo cual quiere decir que en un principios se deben proporcionar los servicios básicos y, a largo plazo, hay que procurar que tengan un trabajo.
REPARTO EQUITATIVO
Para el jefe de la diplomacia, Europa debe «armonizar» todo esto a través de una política de integración que ponga en común una legislación, pero que también tenga en cuenta una política de reparto equitativa que tenga en cuenta la tasa de desempleo de cada país y el esfuerzo que cada nación ya viene haciendo en este sentido.
A este respecto, Margallo ha recordado que en los años 2013 y 2014 la inmigración en Italia aumentó un 277 por ciento, mientras que en España lo hizo en un 13 por ciento. Esto se debe, ha explicado, a la política diplomática española, el control de sus fronteras y la cooperación y ayuda al desarrollo puesta en marcha con los países de tránsito para que éstos también desarrollen una política activa de cara a controlar la inmigración irregular.
El ministro alemán, por su parte, ha coincidido con Margallo en que la UE necesita una «armonización de los procesos de asilo», para lo cual el Gobierno germano está «trabajando estrechamente con España» a la hora de establecer una «política de repatriación activa» y profundizar en la cooperación con los países de tránsito y en el control del fronteras.
Eso sí, Steinmeier ha dejado claro que el desafío con el que se ha encontrado Europa a raíz de la llegada de miles de refugiados de Oriente Próximo desde el verano pasado es un «problema» que «nadie puede resolver por sí solo», sino en colaboración entre todos los Estados miembros.