Jordania está preocupada por una posible ofensiva del ejército sirio en la región fronteriza de Deraa que desemboque en una nueva oleada de refugiados hacia el reino hachemita, que ya está sobrecargado, estiman los analistas.
Las preocupaciones de Ammán quedaron patentes en la llamada telefónica que mantuvo en los últimos días el ministro de Asuntos Exteriores jordano, Ayman Safadi, con el enviado de la ONU para Siria, Staffan de Mistura.
En esa conversación, Safadi hizo hincapié en la necesidad de preservar el alto el fuego que está en vigor desde el pasado julio en Deraa, provincia meridional y fronteriza con Jordania e Israel, como resultado de un acuerdo tripartito negociado por Ammán, Washington y Moscú, principal aliado del Gobierno de Damasco.
El general retirado jordano Fayez al Duairi dijo a Efe que las preocupaciones del Gobierno jordano están «justificadas» porque oficiales rusos destacados en la base siria de Hmeimim han vertido «amenazas» a los rebeldes que dominan parte de Deraa y les han avisado de las intenciones de las autoridades sirias de lanzar un ataque.
«Uno de esos oficiales se encontró con líderes rebeldes en el área y les dijo: ‘debéis volver a los brazos de la patria, o de otro modo….'», dijo Al Duairi.
Las fuerzas gubernamentales sirias han enviado refuerzos militares a Deraa, según informó este jueves el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Mientras, los grupos rebeldes e islamistas que operan en la región han erigido barreras y se están movilizando ante un hipotético inicio de los enfrentamientos, según la misma fuente.
Los movimientos de tropas se producen en un momento en el que las fuerzas aliadas al presidente sirio, Bachar al Asad, se han hecho con el control de la gran mayoría de Guta Oriental, el principal bastión opositor a las afueras de Damasco.
Jordania mantiene buenas relaciones tanto con Estados Unidos como con Rusia, por lo que el Gobierno del reino hachemita pretende presionar a Moscú para que cumpla sus compromisos de mantener la zona de reducción de hostilidades en el sur sirio.
No obstante, Al Duairi y otros analistas consideran que el comportamiento ruso es impredecible en este momento, dadas las crecientes tensiones de Moscú con los países occidentales que ha derivado estos días en la expulsión masiva de diplomáticos rusos.
El director del Centro de Estudios de Oriente Medio, Jawad Hamad, dijo a Efe que no se puede «excluir el escenario de que Rusia y el régimen sirio se vuelvan hacia» Deraa «dado el actual desorden político y de seguridad en Siria».
«Los jordanos no están seguros de que los rusos cumplan sus compromisos de mantener el área de reducción de hostilidades en el sur de Siria, por lo que se están moviendo para garantizar que estos compromisos bajo el acuerdo de Ammán se respeten», comentó.
La principal preocupación de Jordania, para este analista, es evitar que una ofensiva en Siria acarree nuevas oleadas de refugiados hacia el país vecino y, también, la infiltración de armas y combatientes.
Actualmente Jordania alberga por lo menos 650.000 refugiados sirios, según cálculos de la ONU, aunque el Gobierno de Ammán eleva esa cifra hasta 1,3 millones de personas, lo que supone una gran carga para un país con una población de cerca de 9,4 millones de habitantes.
Según cálculos de analistas jordanos, en Deraa hay cerca de 25.000 hombres armados de grupos rebeldes e islamistas, que podrían huir hacia la frontera sur en el caso de una ofensiva gubernamental.
A estos, se suman los combatientes del Ejército Jalid bin al Walid, una milicia afiliada al grupo terrorista Estado Islámico (EI), que controla una zona de Deraa en la frontera con Jordania y los Altos del Golán sirios, ocupados por Israel.