La agencia se creó en 1949, con el objetivo de dar apoyo a la población palestina refugiada tras la guerra árabe-israelí de 1948. En un principio, se trataba de 700.000 personas, pero hoy en día son cinco millones, de los que 500.000 son niños, repartidos en Gaza, Cisjordania, Líbano, Siria y Jordania.
Hoy es el principal proveedor de servicios básicos de educación, salud, servicios sociales, micro-financiación, protección de los Derechos Humanos y respuesta humanitaria y de emergencia. La contribución voluntaria propuesta no va dirigida a financiar un programa concreto de la UNRWA, sino su actividad ordinaria.
El ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Josep Borrell, ya avanzó en noviembre en el Senado que el Gobierno aprobaría esta contribución, con fondos procedentes de fondos asignados a operaciones de mantenimiento de la paz que no ha sido necesario utilizar.