Economía, economía y economía. Las grandes cifras de España SA y los planes para sacar al país del colapso financiero y laboral han copado 70 de los 95 minutos que ha durado la defensa que el presidente del Gobierno ha hecho de su primer año de Gobierno. Con el anuncio de que el déficit público del Estado se situó por debajo del 7% en 2012 en una mano, y con el de que la balanza de pagos por cuenta corriente llegó el superávit ente julio y noviembre en la otra, Mariano Rajoy ha presentado una batería de medidas económicas dentro de lo que ha denominado como segundo plan de reformas.
¿Hasta qué punto son factibles y efectivas estas iniciativas? ¿Es fiable el diagnóstico que el presidente ha hecho de la economía española? Estas son las claves para entender el mensaje del presidente, del que se han quedado fuera algunos de los asuntos que más importan a los españoles.
-Ayudas de 45.000 millones a las pymes. Rajoy ha anunciado una ofensiva a tres bandas en la que el Instituto de Crédito Oficial (ICO) por un lado, los bancos saneados por otro y el capital riesgo y el fondo de titulización por otro inyectarán un total 45.000 millones de euros en las venas secas de las pequeñas y medianas empresas.
La clave está en las condiciones en las que se concedan los créditos, que Rajoy no ha especificado. Son varias las asociaciones empresariales y de autónomos que han cuestionado el papel del ICO –que aportará 22.000 millones de euros- si es que va a seguir actuando como una entidad financiera privada más. Es decir, imponiendo unas condiciones inasumibles para muchas de las pymes, que están en una situación límite. Las cifras no pueden ser más elocuentes: desde el verano han cerrado sus puertas más de 40.000 empresas con al menos un empleado y, desde que empezó la crisis, han desaparecido cerca de 250.000 empresas. Unas cifras escalofriantes e insostenibles.
Otras medidas como la creación de un mercado de pagarés están muy lejos de convertirse en realidad. Nuestras pymes adolecen del tamaño suficiente para atraer el interés de los inversores, para los que la liquidez es clave, máxime en un escenario de crisis como el actual.
-Pensiones y sector público. El discurso de Rajoy se ha quedado muy corto en sus explicaciones sobre una de las grandes preocupaciones de los españoles: las pensiones. Se ha limitado a asegurar que hay abierto “un período de reflexión”, que tiene que ver sobre todo con la evolución de la demografía. Muy poca cosa si se tiene en cuenta que Bruselas está presionando a fondo para que España avance en las reformas pendientes.
Tampoco ha habido referencias a la presumible cura de adelgazamiento del sector público. Ahí están medidas que muchos analistas esperan como el cierre de las diputaciones provinciales o la privatización de Paradores o el negocio de la ITV. Son muchos los expertos que creen que del tamaño de este ajuste dependerá que los inversores mundiales realicen o no un nuevo gran ataque especulativo contra España.
-Preferentes y desahucios. Ni una palabra ha salido de la boca del presidente del Gobierno sobre la dura situación que atraviesan los miles de españoles afectados por los desahucios y, en el plano más estrictamente financiero, por la venta indiscriminada de participaciones preferentes y títulos subordinados. No ha habido crítica alguna a los responsables de las cajas de ahorros quebradas.
-Guiño a los autónomos. A partir del año 2014, los autónomos y las pymes que tengan una facturación anual inferior a dos millones de euros no tendrán que pagar el IVA de las facturas que no hayan cobrado. La medida responde a una vieja aspiración del colectivo de autónomos, que denunciaban que el Estado se estuviera financiando a su costa.
Se trata de medidas que ya estaban en el programa electoral que llevó a Rajoy a la presidencia del Gobierno y que se habían quedado en el tintero.
También se amplía el plan de proveedores, que abarcará facturas anteriores al 1 de enero de 2012. Es una medida esperada que da continuidad a la política seguida por el Gobierno desde la llegada del PP al poder y que viene con una dotación de 2.700 millones de euros.
-¿Adiós al rescate? El mensaje de Rajoy ha pecado de triunfalista. “La peor amenaza se está convirtiendo en recuerdo”, ha asegurado el presidente. Sin embargo, la prima de riesgo continúa en los 350 puntos, el porcentaje de deuda sobre el PIB están en niveles históricos, la morosidad del sector financiero alcanza límites insostenibles, el ajuste de la estructura del Estado es una asignatura pendiente y son muchos los analistas internacionales que siguen apostando porque España necesitará ayuda financiera.